domingo, 19 de octubre de 2008

Una vez...

- hey! We were waiting for you.
- sorry... we were lost.
- tienen hambre?
- sí.
Quedaba un poco de paella en el sartén, nos la sirvieron y nos la comimos como si no hubiéramos comido en semanas. Y es que mi amiga pelirroja y yo habíamos estado buscando la casa esa por horas, desde que salimos de la escuela hasta que la encontramos a las 8 pm.
- Tomen, si quieren más cerveza hay en la nevera. Con toda confianza.
- Gracias.
Terminamos y salimos de la cocina a la sala donde estaban todos y entramos en la plática.
- So, why were you lost?
- Because.... me regalas un cigarro?
- Claro maja, no tienes por que preguntar, solo cójelo.
- Gracias.
Seguía la noche, ¿otra cerveza? pues claro, eso no se niega... y otra más. Avanzaba la noche y subía el sumo. Líaban sobre la mesa, ya sabemos que es. Seguía la plática.
- So, how did you get home last nigth?
- By walking, thank you guys for disappeared.
- No wait! was because you both were walking so fucking fast...
- ¿Qué? ¿Hablan de la vez esa en la que casi te meten a la carcel?
- Sí Gigi, de esa... ¡no mames!
- Sí pobre Alberto me tuvo que acompañar hasta mi casa caminando...
- Ah! tía que no te preocupes...
- Hey if you speak in spanish I can not understand what are you talking about.
- Sorry Aggelos.
Siguen líando sobre la mesa y se abre la puerta de un cuarto. Salió un hombre mayor, unos 40 con la mirada ya medio perdida, se sentó con nosotros y empezó a beber.
- Dani ¿quién es ése?
- Ah, es un amigo de Aggelos, también es griego.
- Ah ya...
Se prendió lo ya líado, yo fumaba tabaco...
- Do you want some?
- No, I have my cigarrete here...
- But this is not tabacco.
- I know dude, but tabacco ends faster.
Segíamos la plática, y seguía rolando lo líado. Bueno, me terminé el tabaco... ahora sí.
- Now is my turn.
Venga a jalarle duro... seguía la plática y mientras unos movíamos la boca otros movían las manos... seguían líando y se seguía pasando lo líado... no se terminaba; daba alegría ver eso. De pronto los sumos subían cada vez más, y la temperatura corporal con ellos... el pulso apesadumbrado... repentinamente todo gira a una misma vibración, a un mismo tiempo, tú y los demás y todas las cosas, y el aire de fuera y si te asomas por la ventana, las estrellas... todo baila aun mismo ritmo, ¡Qué coordinación!... Todo eso era la torre de Babel: inglés, francés, español, griego... Babel.
- Lets get out of here!
- Wait we need a place to sleep...
- Pueden dormir en mi casa si quieren...
- Gracias Dani.
- You can sleep here if you wan to...
- Thanks Aggelos...
- Now, lets get out!!!
Olor a pavimento, mente divagando, sonrisas deshojadas, el viento en la cara, las luces de la calle empiezan a bailar, se oye música a lo lejos, vamos a bailar.... llegamos, ¿qué es esto? rock.... ¡Entremos!
- ¿Otra cerveza?
- ¡Venga!
El ruido se fue alejando, la gente seguía marchando lejos, bailando, sudando, riendo, gritando... ¡Qué felicidad! Yo... yo como en un estante aparte, sólo de observador, no participaba, mis manos no los alcanzaban... ¡espera! ¡me caigo! No.... es la gravedad... maldije tanto la gravedad.... quería volar más alto esa noche, quería alcanzar más, en ese momento yo lo hacía, me estaba apartando, safé mis pies de las enredaderas sobre el suelo y podía verlos a todos desde lo alto. Ahora ellos no me alcanzaban a mí. Veía a mi amiga pelirroja agasajándose de Aggelos y pensé que esa noche dormiría sola... la gente me fatigaba, era demasiado... yo quería pensar y el ruido me entumía, la gente se me venía encima y nomas sostenía la mano de Alberto.
- Ya se acabo esto, salgamos de aquí.
- Vámonos...
Salimos todos, yo acordé en irme a dormir con Dani y Alberto, Gigi acordó lo mismo. Entonces partimos.
- Wait, do you want some more?
- Just give me a little...
y de nuevo roló lo líado. Bomba fue todo eso.
- ¿Cuánto falta para llegar?
- Cuarenta y cinco minutos.
- ¿¡Caminando!?
- Venga que así los aguantas más.
- Bueno Alberto pero no me sueltes, que me voy y no quiero regresar.
- Vale no te preocupes, cójeme fuerte.
Plac, plac, plac... eran mis pasos, los oía como si fueran mis latidos. Pompom, pompom, pompom... esos si eran mis latidos. Psss, pssss, pssss... ésa era mi respiración. ¡Paz! ése era un choque electrico que me petrificaba desde la medula espinal hasta el cerebro, todo mi cuerpo. Y en ese tiempo me sambutía, me sacudía, me levantaba y me caía desde el trigésimo piso de la vida hasta el más ondo de los abismos. En esa pacividad me quedaba suspendida y volvía a caer como escupida del infierno. Un escalofrío más leve y ya está.
La combinación seguía jugando: Plac, plac, pompom, pssss, pssss, ¡paz! y venía de nuevo la descarga. Mi cuerpo estaba haciendo la música más experimnetal que lo había recorrido... algunas veces antes y posiblemente más a futuro. Pero esa música sí que era real.
En ese tiempo yo recorrí los Alpes Suizos y la muralla China, escalé hasta la punta del Everest, retrocedí mi vida un par de años, un par de siglos y varios milenios, conocí a Ho Chi Minh y cené con los discípulos, también ellos me invitaron a fumar.
Me escupió el infierno de regreso y respiré el aire más sucio que había conocido... respiré recuerdos y degusté de ti.
- Vamos un poco más rápido.
- ¿Cuánto falta?
- Cuartenta minutos.
- ¡No mames estás bien pendejo! ¡Eso dijiste hace veinte!
- Sí marica, tengo ful frío hijueputa!
- Vale tías que yo no tengo la culpa.
¡Paz! El otro ramalazo... ¿seguía caminando? ¿Por dónde caminaba? El pavimento me quemaba, los letreros me seguían a mí. Los semáforos eran azules, negros y rosas y la vida estaba abierta de piernas frente a mi. Yo seguí y me adentré en ella, me la comí toda, la terminé toda, de pronto sentí que la carne se me pegaba en los huesos y yo seguía deborando. ¡Pom! Me escupió el infierno de regreso. Entonces me sentí mastubrada... respira profundo chica, de pronto vacía...
De un lado al buen Alberto y más allá Gigi...
- Ya llegamos...
- ¿Cómo vamos a caber los cuatro acá?
- Sí cabemos, además es mejor, hace mucho frío ¿no crees?
- Cabrón es lo que eres...
- Jajaja.
- Echate tu junto a Dani, luego me echo yo y Alberto que se quede en la otra orilla, así nosotras no nos caemos.
- Jajaja bueno ya está, métete a la cama.
En mi mente seguía dibujando todos los solares y de pronto tube ganas de ti.... Siento un cuerpo encima, yo no puedo dormir... Está muy cerca, tengo ganas de ti. Eres tú, lo sabía, cerré los ojos y te ví.
- Jajaja.
- ¿¿¿Qué pasa???
- Nada
- Cállense que los demás queremos dormir.
- Shhhh...
- Jajaja lo siento....
Sabía que no tardarías en aparecer de regreso.... ya está. No te vayas.... plac... elefantes rositas, pequeños y gorditos brincaban una cerca frente a mí. Conté 47... creo.
- ¡Carajo! que hora es?
- Las once y algo.
- ¡No jodás! Vámonos, tengo que ir a mi casa porque ire a comprar mi celular.
- Puta madre Gigi, ¿¿ya??
- Sí, dije que llegaría a las ocho.
- Mmmm.... vamos entonces.
- Las acompaño hasta la puerta.
- Sí, los acompaña él porque yo me cago de frío
- No te preocupes Dani. Todo bien...
Caminamos hacia afuera y hacía un puta frío del que pensé que me había librado.
- Bueno, muchas gracias por todo de verdad...
- No no hay de que, nos vemos luego.
- Sí, bueno, se reportan.
- Ya sabes... cuídense. (muak, muak)
- Ciao.
Ya estábamos caminando solamente Gigi y yo.
- No mames wey siento que no he dormido ni madres.
- Marica es que no jodás... no has dormido nada...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante la narrativa, con una muy buena forma de expresar sensaciones, son pocos los autores que me han logrado transmitir una buena descripción de experiencias con cambios en la percepción (ir y regresar) manteniendo bien la narración. Ésta lo logró. Referente a la historia, espero en alguna ocasión escuchar el relato de su umbral, y obvio, el desarrollo completo.