En el claro crepúsculo circundante
La aureola de de mi pecho te ha esperado,
Mientras amamanta Hera, a los vientos
Que te han de traer galopando tras su encuentro.
Cuando toque la luna mi cabello
Estarán las primaveras listas en mi cuerpo
Y tu cuerpo, tibio, ha de encarnar
Un nuevo señuelo dentro del cuerpo mío.
Una luciérnaga apagada
Hace 5 años
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