jueves, 21 de mayo de 2009

Tal vez despues del mar

Anarca decisión que me obliga a que me olvides
Para no hacerte preso, para no atarte doloroso
A este, mi barco, que se hunde
Con madera putrefacta y mohosa,
Poroso desazón de a la deriva encargarte,
Perfumando la salina pegajosa
Que se adhiere a la puerta de cristal.

Te veo en el horizonte medio muerto
y aunque no te lo pida, te imagino regresar.

Después, tal vez, cuando regreses y mis labios
Alguna vez enmielados, calcinados redescubras
Te diré con firmeza que soy tuya
Y alucinando cuerpo a cuerpo, destruida y moribunda
A la eternidad te llevaré.

Por ahora no más ataduras, no más puertos para anclar,
Pirata de mi vida, vacilando en las orillas,
Traicionando, asaltando, irrespetuosa hacia la tempestad.
Cegando la pasividad con que se sueña
Tamborileo y golpeo el tarro a la madera;
Y huyo, huyendo me fui...

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