jueves, 25 de diciembre de 2008

Status 25/12/08

Nuevos contactos, eternos reencuentros y nuevas pasiones.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Paréntesis

El tiempo que tengo es corto, y no lo digo metafóricamente, de hecho es muy literalmente y no sé... sólo necesitaba un tiempo para recordarte, para recordarme a mí que sigues existiendo tan fuerte y jurarte frente al papel.
Son cosas qué pasan no? A veces me canso de buscarte y de repetirte y de recordarte; me cansa estarte trayendo tan sucesivamente y hacer de todo lo que hago un reflejo de lo que hay de ti en mi cabeza. Es extenuante... podría intentar hablar de lo que fuese, de un vaso, de la tierra, de la terquedad con que los hombres boicotean los intentos de los otros e infinidad de cosas más, que podrían ser más simples o más profundas.
Te has vuelto mi fantasma, uno más en la larga trayectoria de entes innombrables, apesadumbrantes y torturantes que viajan, que vienen y van acosándome. No es reproche. Es más que nada hacer conciencia de lo que representas. Tal vez, algún día el fantasma deje de espectro y se vuelva realidad. Tal vez nunca; tal vez termines (o continúes) siendo una infame posibilidad de antaño, un posible antiguo curso de mi existir, una compañía en lejanía o en el último de los casos un infinito reproche a mi incapacidad de voluntad.
Se me acaba el tiempo, a clases... un abrazo donde quiera que te encuentres...

domingo, 14 de diciembre de 2008

Status 14/12/08

Desairado el intento de encontrarme, insasiable la mirada, proyección del alma que desasosiega exige una verdad.
Inspiración que siempre tienes nombre de mujer,
déjame fértil, como tu vientre, florecer,
amárrame a tus pequeños, par de senos,
que sin ellos comienzo a desvanecer;
y briaga, cuando la noche pesa y el corazón
amenaza con salir,
así latiendo, por las cuencas de mis ojos
y un nuevo gemido se comienza a parir,
te busco, amante, mujer, cobarde
por mis mares, por mis piernas
por mis humos, cicatrices y temores,
tambores anhelantes, crueldades, verborreas,
sustos y piedades, palabras, pensamiento interminable,
bofetadas, flores maltratadas que amenazan con morir.

Asechante pudor desenfrenado, vergüenzas envestidas
que me hiciste delatar. Aflórate pues,
amor cobarde que las penas que disuelvo sobre el mar
comienzan a ser mi vida, y mi vida sólo es tempestad.

viernes, 12 de diciembre de 2008

¿En dónde me guardo estas ganas que te salen por la boca
y se arrastran por mi cuerpo y me llegan a los pies?

Este mar sin calma que se agita,
nítida bondad, hija de las soledades
que acurruca el amanecer,
estatua salina, encarnada sobre vida
que se estampa, vendabal sobre la roca
y las olas que rompen sobre el mar.

Sobre el mar que retuerce en impotencia
y los dedos que friccionan entre sí.

¿En dónde pongo pues mis ganas
para que griten hasta dónde estés?
Que te aturdan y revienten los recuerdos
y se esparzan y te vuelvan a traer.

martes, 9 de diciembre de 2008

Te recuerdo, pero no a ti

Si te pienso no recuerdo tu mirada,
ni tu pecho, ni tu pelo, ni tu aliento.
No recuerdo tampoco como dobla tu espalda,
y lo rasposo de tus manos no me alcanza.
No recuerdo nada de tu semblante,
pero recuero que con fuerza encajas,
no sé tu nombre ni tus señales,
pero siento la vida que encarnas.

Te quiero pero no te quiero,
te quiero ahora pero no para siempre,
te quiero diseulto en vicisitudes,
pero lejos de los besos en la frente.
Llevarte sobre mi piel sería más doloroso
que ensamblarte así, al papel, tragiversando.
Te quiero distante pero hasta el fondo,
te quiero constante más no encimoso.

Te sueño y me vuevlo con el alma al cuerpo,
pero no te recuerdo volando tan lento,
no te imagino aunque te deseo,
y aunque te pruebe, aquí un hasta luego.

Te quiero y lo sabes, pero no te quiero,
te sudo y te siento, aunque no te recuerdo.
Te padezco, confiezo, con amarga dulzura
porque encajaste muy fuerte por mis vestiduras.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Estos ojos negros que eran los míos,
Estos ojos negros que son más ya tuyos que míos
No quieren dejarte de beber,
De jugarte con el aire y la boina,
Arrastrándome el primero contigo,
Arrancándote la boina por la calle.

Esta tez impávida que se surca
Con cada parpadear del alma tuya
Y se va consumiendo, fuego lento,
La carne que alborotas por dentro.
Porque eres tú quien vibra las costillas,
Y obliga a la sangre a danzar
Con calor que refleja tu mirada
Bajo los holanes de mi falda,
Encerradas entre un par de cejas cinceladas
Descansando tu sobre la puerta,
Asechada yo por tus palabras.

Y las manos que corrieron por mi cuello
Con los ojos cerrados para ver,
Para, lento amor mío,
Que ya empiezo a desvanecer.

¡Si pudiera yo atarme a tu cabello!
Revolverme, mezclarme con tu esperma,
Espuma, vida, mar que turba,
Quietud de viento tras el huracán.

Poema prestado (Juanxon)

una luna y dos luceros en la frente
confundiendo yo tus besos
una cama, mis deseos
y una noche de portal;
una manta, dos cervezas, mis ideas:
heroísmo, obelisco que enmaraña la fugacidad.

una luna y dos luceros
tierra fértil a sembrar
contoneo de caderas,
una espalda a contrapecho
que se eriza al explorar.

sigo pasos por la noche
que en el día extrañaré,
oigo voces encendidas
de las que nunca escaparé

una luna y dos luceros
aparecen en mi cielo,
que lo pintan las estrellas
en nocturna soledad;
perdido entre planetas,
asaltando las cometas,
despegado de la tierra
menos cerca del umbral,
alumbrante sol que había brillado
luz extinta: oscuridad.

una luna y dos luceros
anhelantes por vivir.

jueves, 4 de diciembre de 2008

La palabra

Las hacemos rimas con acento,
las cantamos sin saber,
inventamos la palabra que al momento
nos haga entender.

Es virtuosa la palabra,
la expresión en plenitud:
Asqueada, inexplorada invirgen,
te digo, te repito
te tiro y te hago revivir.

¡No! Es el premio grande
el arte de elogiar,
elocuente, retórica la mente
que bien te sepa utilizar.

Pérdida la mirada que teñida
no te sepa bien representar.

¡Pobres corazones infalibles!
Pobres los muros sin hablar,
pobre más el que habla
y no se sabe reflejar.

Bendito el corazón que palpita
aunque enmudecido deba estar,
pobres los mequetrefes que hablan
y que no se saben reflejar.

Reencuentros

Hoy es el día de la visita,
el día en que de nuevo te veré
acariciar limpio la infantería
que bajo mi ropa te guardé.

Hoy vienes a rezurcirme alma mía
la coraza que pují en mi interior,
otoño, viento, suéltame las alas
quiero ya conocer el exterior.

Ven a verme hoy con poca ropa
y acércate a besar la cicatriz
que fuiste tú quien la ha marcado con su boca
y yo quien la padezco en la matriz.

Si al fin, sí vienes, ven con recelo de pecar,
no quiero ser yo quien te alimente las ganas
ni que luego tú me obligues a callar.

lunes, 1 de diciembre de 2008

I (Sucesos acuitados )

He decidido cambiarte el nombre ¿sabes? pero ahora no se como nombrarte. No es que no me guste tu nombre, al contrario, es por eso mismo que no se me viene nada a la cabeza: Tu eres tan tu nombre, ó tu nombre es tan tú... No lo sé. Preferiría no encontrarles relación algunas veces.
¿Qué nos pasó? ¿Cuándo fue que el colchón se volvió más trinchera que pasión? Ó tal vez la pasión excedió el límite y cruzó la línea de la dependencia y de los celos. Tal vez empezábamos a amarnos como lo hace todo el mundo y no sabíamos como hacerlo ¿por qué nos dió miedo? Como si eso no nos perteneciese, como si no pudiéramos ganar, cómo si eso no existiese para nosotros, como si nos estuviese prohibido. ¿Tan amplio es el sacrificio y qué tan grande el egoísmo para no poderlo realizar? No lo sé... Algunas veces pienso que hubiera sido el mismo final, que seguramente no lo hubiera logrado y no es porque no te ame, es que me amo más a mí misma y amo aún más mi libertad. Aún así acepto que es difícil que exista un yo completo sin ti y viceversa, debes aceptar. Lo sabemos, somos el espejo del otro y aunque cerremos los ojos para no vernos no nos podremos deshacer. Hay demasiadas cosas C.... que nos tienen ligados. Ya no eres tu y yo, ya se llama coexistencia. Por qué entonces si lo sabemos aún así nos repelamos. Somos absurdos C.... Tanto que caemos en lo ordinario... En eso que tanto asco nos da.
Hoy estaba recordando aquel rincón, aquella reunión en donde los lunares de mi espalda se veían por un traslúdico caer de telas delgadas y marrones y sorprendí tu mirada resbalando por ahí. ¿Te acuerdas? Te veías bello, como nunca. Una luz especial, honesta emanaba de tus manos. Yo te decía que no pero gritaba por dentro que siguieras haciéndolo y es que la pasión era más que el pudor, el sudor era más que la prudencia y el silencio imposible de consiliar.
Estoy turbada ahora C... Qué tan cierto pudo haber sido todo. ¿Qué tan real y gentil es la pasión si cuando se extingue lo deja todo como quemados los bosques? Y lo peor aún... que es tan cambiante, tan libre que somos incapaces de controlarla, con cuerpos diferentes a cada momento. Tan avara que cuando se sacia quiere más pero de otra fuente. Y tan insensbile que nos consumió calcinándonos los huesos, acribillando la razón, jugándonos ese mal de ideas, ese jadear extenuhante que hace presa a la razón; un papalote que se desenrrolla, todas las posibles realidades y ninguna queriendo ser real. Es un tormento... duele viajar por tu vida sin saber lo que sucede dentro de ella y seguir presa en tu cajón, así, muñeca, terminando de enjugar los perfumes que alguien más matizó. No obstante yo se que me amas. Es mi culpa lo acepto. Al principio te pedía que me amaras no que me respetaras; al final, el respeto se vino a confundir con la fidelidad y solté las riendas. Ya no pude más C... y te juro que lo intenté.
Es triste. Mi cuerpo aún me pide verte, aún sigue gritando la bilis por un último encuentro... el cual siempre termina siendo el penúltimo.
¿Hasta cuándo?..... Te extraño C... y todavía no te tengo nombre.

...

Hice mi intento, pero las fuerzas para recordarte me fueron insuficientes. Una vez más queda en blanco.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿Qué más puede hacer esta cabeza trabada y este corazón inquieto?

Doce uvas.

Quiero librarme de este paso acelerado,
del humo que en el aire se quedó,
que desaparezca este cansancio que aparece a cada paso
y juro que el cigarro no es la razón.

Quiero esconderme de tu imagen
y rasgarme la verdad al interior,
abrir los ojos, sentir la vida,
volar, tocar el sol sin necesidad de alcohol.

Quiero sacar mi cabeza de la almohada,
acostumbrarme a tender la cama antes de salir,
cerrar la puerta del baño
y laguna vez poderte mentir.

Quiero sentirme masturbada
y empaparme con gotitas de amor
y si no hay, que sean de caramelo
para que le quiten un poquito el desazón.

Quiero escapar del paraíso
y las puertas del infierno nunca abrir.
Quiero tirarme del precipicio
y abrir las alas para vivir.

Quiero que me quieras poco a poco,
despacito te prometo que es mejor,
aunque te advierto que desarrugarte
la camisa en la mañana no será mi vocación.

Sigue hablando el corazón

Exploto en llanto por sólo sentirte en la tersura de la almohada,
en el rincón que queda en la esquinita del colchón
y lo rasgo a puñaladas y lo arranco todo a pedazos,
intento fallido con un nuevo descalabro
y yo que creía que la infinidad de las estrellas
me llevarían de la mano junto a ti.

¿Si mi voz no te toca cómo debo llamarte?
Cómo hago dime, para ajustarme a la razón
sin sentir como el hastío en el invierno,
para ganarle la partida a este guasón
que me retrae tras la vitrina sin moverme
como un tren sin próxima estación.

A dejar que hable el corazón (un tanto insguro).

Creo que ya había nacido porque lo recuerdo todo
Y los recuerdos se me caen encima sin piedad a lastimar
¿Qué hago después del primer beso?
Con las manos asfixiadas de caricias
Como si castigo fuera la carne que me cubre
Y placer oculto el que me da piel de mujer.
Así como perecemos juntos tan lejanos,
Padecemos nuestros cuerpos: yo del tuyo y tu del mío,
Y los dedos que se insultan, que se buscan y se vuelven a encontrar.

De la mano frente a la cara rechazando las miradas
Que se clavan y retumban donde hay contacto con el aire,
Ahí de donde comen los gusanos antes del anochecer.

¿Dónde pongo mi amor primero?
El sincero, de cuerpo abierto y corazón frente al fusil.
Fantasma que devoraste mis entrañas,
Ahora me amenazas con venir,
¡Ábreme pues de nuevo a tu hambre!
Termina de supurar lo que empezaba a consumir
Con la piel tostada por alcoholes y la sangre manchada de fingir,
¡De fingir! Infame luna, lloroso vientre, espinado y calcinado
te deshaces de nuevo ante el fusil,
no mientas, que te matas por sentir lo que sentí,
la voz que se quiebra al tenerlo dentro
y amarrarlo y seducirlo para lo dejarlo ir.

Es familiar también este viento,
La resaca al despertar con la nada en la mirada,
Perdidas, lejanas las pupilas,
Reventando las entrañas, escamándose en sudor.
Imposible de brincar esta parada
La farola del sentir se me apagó con la brisa
Que te amarró bajo mi falda
Y la lejanía en la que el tiempo te enterró.

Despertar frente al espejo y escupirle al amor
Puede tomarme toda la vida en la sala de recuperación.
Herida de guerra que se hizo en trinchera,
En la cuna que mi corazón por mucho tiempo te abrazó.

XVI. Fragmento (Noche tibia. Reyes Heroles)

"Hay noches en las que te extraño, son esas en que te veo torcer mis cabellos, esas noches en que muerdes con besos y con furia encajas. Te extraño y huyo a tus ojos para encontrar lo que te llevas, pero que el tiempo, ese compañero indeseado y querido, te ha quitado, eso que hoy sólo araño en el recuerdo. Te miro a los ojos entre los velos de mi memoria temiéndote ido y queriéndote de regreso. Porque estás prestado, nada más, sólo eso. A una turbulencia que te arrasta y que quise quebrar, primero con sonrisas, después con espinas y ahora sólo con un silencio de pieles que jamás provoqué, con un vacío de caricias que tuvieron mejores días en su sinceridad oculta. Te extrañé en la mejor de las penas. Te extrañé en la plena presencia."

viernes, 21 de noviembre de 2008

Sólo para no dejar en blanco

Sólo basta recordarte para no dejar en blanco la memoria,
Para seguirme acurrucando en las historias deshiladas
Que se hilan mientras marcho, mientras marchas a la vida;
Y aunque no sólo de pensarte se me llena el cuerpo
Lo lleno con alguna noche en compañía
Que entre más se alarga, más me dueles
Y entre menos noches, más te extraño todavía.

Suficiente el fusil que se dispara desde lejos
Para soplar la bala a contra viento,
Mientras la observas como brota disipada
Pudiendo estatizarla enfocando la mirada
Y como siga suspendida, mofarse de la gravedad.

Después de todo, todo se confunde,
Y si empiezo por tu cara termino por tus pies
Sin razón ninguna para hacerlo
Sí con bastantes para no dejarlo de hacer.

Otra vez me vuelco al regocijo
de esto que de repente se hizo verso,
tal vez chueco y muy malhecho,
sólo para no dejar en blanco el papel.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Quiero

Quiero...
De quereres se llena uno las manos
y de perdones se nos pudren los labios.
De críticas se siente presa la cabeza,
de mentiras nuestra garganta nos asecha.

Los ojos de feroz orgullo me atormentan;
el augurio de mi soledad me va dejando toda su torpeza.

Es injusto atribuiros mi desgracia,
pero es necesario remendar el alma
pues ya me gime el corazón de pensar
y la mente de negar al alba.

Ambiguo encuentro todo esto...
pero por favor, comprende:
es el conocer del equívoco mío,
de la importancia que me gana al momento de ceder.

Todo esto por no decir lo que pensaba,
todo esto por callarme lo mejor.
Es bonita esta parte de la historia,
perdona si mi lado no se conmovió.

Valentía corazón es lo que pido.
Razón, para llorar mi desnudez.

Fuerza, camino, emprende mi destino
... latido a latido... dedo por dedo...
razón al corazón.

Poema V

Embriágame de luz esta noche,
mi cuerpo te obedece a la par,
corre tus manos al deseo;
alcohol perverso, brota y se va.

La luna acurruca mis sentidos
tendida en solitaria oscuridad,
deseosa de tu imagen calavada
en el cielo y al cristal.

Acude a este sangre que te llama,
borracha, inconsciente, desbordante en intención.
¡Espera! No te acerques,
La cabeza se hunde entre el sueño y el color.

Desnudas las sombras que me asechan,
mujer, hombre, ¿qué se yo?
Alma, vida, inconciencia nata...
blasfema ahora tu perdón.

Que sigan mis dedos el círculo de ese guiño,
que tiemblen mis rodillas,
panderos estrujantes de arena tricolor;
que dilaten mis ojos con orgullo que estas horas, fuimos yo.

Resaca en la orilla de tu almohada,
cicatrices de fuego y de dolor;
remordimientos, lagrimas sangradas,
recuerdos, ilusiones y sudor.

Esperanza

Tal vez en ese estante te escondes,
entre los libros y palabras empolvadas,
oscura, olvidada muñeca fea,
relfejo de la deserción de la justicia
y la humanidad concientizada en decadencia.
Si pudiera yo sacarte de tu celda,
y soplarte y desempolvarte,
y abrazarte fuerte cual demente
aferrada a tu débil figurilla.
Si tan sólo regresaras y gritaras,
sólo para recordar que sigues viva
y que ese rincón tan tuyo es donde
a ojos cerrados me aferro
cuando la crueldad de la realidad amenaza
también con invadir los sueños.

No es por nada

No es por nada
que no me atreva a mirar
tras esta espalda.

No es por nada
Que me niegue a relampaguear
En mi mente cosas viejas.

No es por nada
Que llueva cuando vienen nubes negras
Y que se desahoguen con las aguas asperezas.

No es por nada
Que te diga: “hoy no quiero”
Y que me vaya masticando un caramelo.

Sólo poco

Sólo poco porque tengo sueño,
Sólo poco porque estoy cansada,
Las rodillas ya me crujen si camino
Y mis pulmones piden un tiempo
Cada tanto para respirar de nuevo.

Casi nada porque el bastón se cansa
Y mis ojos, taciturnos se encuenan tras los días
Entre mis mejillas agrietadas de ríos de amargura.

Pronto que mi dentadura desaparece
Con la venida de un nuevo geranio,
Que por cada vida nueva
Se van tintando en mi cabeza canas.

Ya respiro el fango sobre mi cuerpo,
Ya palpo su humedad, ¡Qué lo tengo encima!
Se desmorona sobre mis huesos
Y solo veo oscuridad.

martes, 11 de noviembre de 2008

Te regalo un verso

Hoy te regalo un verso
Porque no tengo nada más que darte,
Y aunque no deba regalarte nada
Me lo grita desde adentro
Eso que lastima cuando callo
Y cuando nace no encuentra su lugar.
Hoy te regalo un verso desnudo
Porque desnuda está mi alma,
No carente de caricias pero sí vacía de ti.
Te envuelvo entre mis manos este verso seco
Perfumado de hojarascas orilladas a fingir.
Este verso tuerto y descompuesto
Es lo que poseo y aquí te lo doy.
Hoy te regalo un verso
Porque no tengo nada más que darte,
Y aunque lo tuviera sólo te daría éste,
Porque es lo más mío y lo que más poseo.

lunes, 10 de noviembre de 2008

....

Este maldito jadear que no me deja,
Este esfuerzo que se queda en blanco,
De querer pensar ¡de destrabarme!,
Con todas las esperanzas sobre los hombros
La miseria ya comienza a asfixiar.
No soy, lo sé, no soy lo que pensaban…
No soy ni siquiera lo que espero para mí…
Jorobada, deshecha y rota,
Blasfema y mentirosa, insignificante al fin.
Un poco más humana, un poco más cobarde,
Un poco más materia y un poco menos todo.
¿Más cerca del cielo o del infierno?
¡Este impaciente corazón que no quiere dejar de palpitar!
La decepción que se me clava por en medio,
Entrando por abajo del ombligo,
Devorando mis entrañas sin piedad,
¡Ay! ¡Que no entiendes que me duele!
Que me duelo en la miseria de ser inerte.
Deja los zapatos frente a la puerta, compañera,
Melancolía, qué barato es mi sentir,
Que cruel el sabor de la hiel del abandono,
¡Que infamia! ¡Qué desgracia la que me tortura!
Tan barato el precio y con los bolsillos rotos,
El pantalón deshecho y palpitando apenas las ganas de seguir.

Miedo

Que lo siento en el vientre palpitando
Mientras la incertidumbre de la espera late
Como vivo el corazón sobre la tierra.
Si bien me está matando y nomás no termina de hacerlo,
Es su terquedad la que me atrapa cual señuelo
Y me tira al mar de la desesperación.
Y tranquila, como si nada existiera
Menea la piola y me provoca vasca,
Amarga, lechosa, tan densa que no cabe por la garganta
Y tampoco baja y se atora por la sien.
Mientras no es vida ni tampoco expiro,
Es más vida que la muerte y menos muerte que el exilio.
Y aún así desgarra, como la tierra que se escarba,
Con las uñas, con los dientes, con el alma…

Otro sin título. (Cercano a la única canción desesperada)

Ahora guardo un nuevo cuerpo, un nuevo corazón.

Una tenue mirada, de cejas cinceladas, de bondadosos labios que muerden los míos para no callarlos.

Tengo una daga clavada en el pecho y hasta el fondo, hasta el último sentir del alma mía. Siento tu cuerpo tatuado en mi cuerpo, me quema el fuego que me enciendes por dentro: Tu piel dorada, de hombre, trabajada.

Pasión de sangre, amor gitano, arráncame del corazón tu nombre, que ya no quiero amarte, que no quiero sufrirte, que te deseo y el no tenerte ni rozarte me vuelve miserable.

Tortuosos los pasos que corren tus pupilas por mis piernas. Tortuosa noche que me incita a estar contigo. No gimas luna, que te vuelves hacia mí y yo necesito tu consuelo.

Maldito sexo, maldito vientre… maldita la pasión en que me hundes; de dos cuerpos sudando por el hambre de tenerse y del tiempo que silencia poco a poco mi sed de ti.

Duermo para tenerte a mi lado, amor secreto, pasión oculta, despierta junto a mí.


(Opinión personal: sincero, ardiente, desesperado y pasional... muy humano, tal vez demaciado.)

domingo, 9 de noviembre de 2008

carreritas jijijiji

Hace algún tiempo yo sabía quién era,
Sabía que pensaba y que quería,
Conocía el color de mi sonrisa
Y el poder de la luminosidad de una palabra.

Hace no mucho creía saber que lo que quería
eran los colores de tus palabras.

Hace poco yo era yo y volaba,
Hace menos caí desde lo alto
Y nunca he dejado de levantarme.

Alguna de mis noches no fue oscura,
Y algunos de mis días los descubrí sonámbula,
Los viví desnuda y los sentí despacio.

Hoy sigo recordando todos esos días,
Sigo amalgamada por la fugacidad de su sabor,
Sigo buscando la identidad que fui desmoronando
Como pan sobre el camino para poder regresar.

En un principio no me desmoronaba porque no era nada
Y a ningún lado tenía que regresar,
No había polos ni tempestades,
Por los vientos me dejaba gobernar.

Un día nací libre y quiero revivir mi libertad,
No en mucho tiempo despertaré o soñaré,
Y sonreiré con los mismos colores
Y con mi rosa de los vientos volaré.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Tiempos de sequía.

No es ni miedo ni soledad,
No es la noche ni la luna,
Ni la lluvia ni el silencio.

No es ya siquiera melancolía
Ni la sequedad de la boca cuando te despiertas,
No es el hastío frío que cobija mis entrañas
Ni la acidez de canciones minusválidas.

No son mis pestañas
Que se desprenden de mis ojos
Como el otoño las arranca de los árboles.

No es mi tiempo ni tu duración,
Ni el tren, ni el humo, ni la rendija de ventilación.

No son tampoco los pliegues de las nubes
No es el cigarro ni el alcohol,
No es siquiera el sexo desenfrenado
Ni un “no te vallas, por favor”

No es mi cuerpo el que pesa demasiado
Son mis pies que no pueden avanzar,
La ceguera, la profundidad inalcanzable,
Las tentaciones que vienen y se van.

Soy yo enfrentándome al espejo,
Descubriendo la carencia de color,
Anhelando ser un poco más violeta,
Matando la ausencia de dolor.

No soy yo la que no existe, no soy yo la que está ciega,
Es el espejo de enfrente el que sigue sin quererme hablar.

Desnuda y a tu pecho atada

Desnuda y a tu pecho atada amanezco,
Abrazando con mis pechos tu torso,
Atrapando con mis piernas las tuyas
Inspirando las figuras que se puedan inventar
Entre las manos deslizando por los pliegues de caderas,
De lunares, de entrepiernas resbalándose en sudor.

Ceñida con mis brazos tu cintura,
Con tus yemas en la espalda dibujando algo más,
Algo más que afirma que soy tuya,
Algo que me sonríe y le grita a mis adentros
Recordando que ahora para ti fui.

Posicionada entre tu ser y mis gemidos,
Bajo la saga de lamentos que se esconden
En el vaivén de ti en mí humedecida,
Humedecida para ti.

En el contorno de mi pecho acariciado por tus labios,
En el enérgico placer de conocernos
Viajando tu bajo mis piernas,
Desnuda yo sobre tu pecho.

(Ya tiene tiempo, pero igual aguanta ¿no?)

jueves, 6 de noviembre de 2008

Desde entonces.

He buscado por noches
La manera de cantarte,
Y mis días transitan
De los puertos a la memoria
De éste infinito mar que
Sucumbiste con tus manos
Y del que bebiste casi todo con tu boca.

He inventado palabras para llamarte hoy
Que no te encuentro,
Y me bufa el corazón
Al no encontrarte nunca,
Sobre la ventana yo, mojada,
Y el silbido que retumba
Haciendo que las ruecas crujan.

Te he sentido recostado
Sobre el cuerpo mío,
Te he gozado con mis manos
Desde el cielo hasta el delirio;
Descompuse muchos versos
Y compuse aún más mentiras
Jurando que seguías
Después de haberte descubierto
Enjugado en ausencias y melancolías.


(A...., gracias por haberme tenido esa noche, y hacerme sentir amada aunque sólo durase lo que una luna, aunque fuese en parte una ilusión. Porque fui un pétalo entre tus dedos y me quedé prendida a la zolapa de tus ojos, fui carmín y tú te dibujaste para mí. Suerte compañero y que la vida te acompañe.)

martes, 4 de noviembre de 2008

Es la conciencia

Ahora que mi verdugo soy yo misma,
Reaparece la conciencia con ganas de atacar,
Y si la callo, estalla;
Si la amordazo, ladra;
Y si la sobo con cariño, acolchona al corazón.

Sueño

Anoche tuve un sueño en donde los personajes éramos tu y yo. Tú como siempre inalcanzable, yo para variar enajenada. ¿Y sabes por qué? Porque es imposible aplacar tus manos y amarrar mi pecho a las ganas y es más imposible aún ignorar el sentimiento de quererte como mío. En ese sueño no había sol, no había luna ni estrellas, pero estábamos tú y yo jugando a serlo y sujetándonos fuertes al segundero pendiente que por primera vez el destino nos prestaba como nuestro. No había día pero no lo necesitábamos, ni cama para hacernos compañía ni calle para resonar los pasos; se reducía a los cigarros que guardabas en el bolsillo y que fueron desapareciendo por pares hasta que el bolsillo se quedó vacío. Y volvimos a jugar a ser dos solos en el mundo y fuimos todos para nuestros cuerpos. Y el mundo seguía girando.
La primera vez que alcancé tu piel parecía inaccesible, después la mía se volvería con un grito a tu memoria en donde lucha aún por no ser aniquilada.
En mi sueño te hospedaste en mí y yo, en mi realidad, sigo esperando tu visita. Sigo matando la eternidad con un cigarro y mientras espero impaciente, la espera sigue siendo eterna y lo seguirá siendo; seguiré esperando, creyendo o tal vez soñando para sentirte más cerca, para sentirme menos lejos o en cualquiera de las formas sentirnos en compañía.
Mientras tu cuerpo no se clave en el mío, mientras la brisa siga llegándome desde tu boca, mientras sigamos viendo las mismas estrellas y quemándonos por el mismo sol seguiré sentada en mi ventana visitando el horizonte por si te asomas un poco por lo menos.
¿Qué pudo ser? Puedo llegar a adorarte y me vengo apenas dando cuenta. Puedo decir que te quiero, que te traería de vuelta de donde fuese, que mi cuerpo arde en sudor por rozar el tuyo, que se dilata bajo tu mirada y se vuelve sofocante el abismo y sigue siendo abismo y lo seguirá siendo por instantes. Todos menos los momentos en que mi memoria te trae de regreso y me alegro de que esos momentos sean todos.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Cimentada y terca

Gente entra y sale de mi vida,
Pasa gente y pasa tiempo
Y yo me quedo con mi hastío,
Con mi viento sofocado y a horcajadas.
Yo sigo resistiendo cimentada y terca,
Muy plantada y colapsando
mientras me sostengo la mirada
Y veo fijo la inmensidad que cae encima.
Y mientras la fuerza se derrumba
Yo glotona, a bocanadas
Recojo pedacitos de esperanza que quedaron en el suelo,
Que deja el duendecillo maldito que impugna por no crecer
Y fastidiarme alimentando mi insaciedad,
Mis ganas de ti tirándome a pedradas.

Mi vida goza de un desorden del que estoy perdiendo noción,
de este ruido de silencio que no puedo controlar
y que se hace llamar incertidumbre.

II (Versos)

Quiero cuerpo, corazón mío;
Quiero vida, que se llene con la mía.
Quiero cuerpo, pero que sea el tuyo
Y la vida… esa haremos que nos rinda.

domingo, 19 de octubre de 2008

Una vez...

- hey! We were waiting for you.
- sorry... we were lost.
- tienen hambre?
- sí.
Quedaba un poco de paella en el sartén, nos la sirvieron y nos la comimos como si no hubiéramos comido en semanas. Y es que mi amiga pelirroja y yo habíamos estado buscando la casa esa por horas, desde que salimos de la escuela hasta que la encontramos a las 8 pm.
- Tomen, si quieren más cerveza hay en la nevera. Con toda confianza.
- Gracias.
Terminamos y salimos de la cocina a la sala donde estaban todos y entramos en la plática.
- So, why were you lost?
- Because.... me regalas un cigarro?
- Claro maja, no tienes por que preguntar, solo cójelo.
- Gracias.
Seguía la noche, ¿otra cerveza? pues claro, eso no se niega... y otra más. Avanzaba la noche y subía el sumo. Líaban sobre la mesa, ya sabemos que es. Seguía la plática.
- So, how did you get home last nigth?
- By walking, thank you guys for disappeared.
- No wait! was because you both were walking so fucking fast...
- ¿Qué? ¿Hablan de la vez esa en la que casi te meten a la carcel?
- Sí Gigi, de esa... ¡no mames!
- Sí pobre Alberto me tuvo que acompañar hasta mi casa caminando...
- Ah! tía que no te preocupes...
- Hey if you speak in spanish I can not understand what are you talking about.
- Sorry Aggelos.
Siguen líando sobre la mesa y se abre la puerta de un cuarto. Salió un hombre mayor, unos 40 con la mirada ya medio perdida, se sentó con nosotros y empezó a beber.
- Dani ¿quién es ése?
- Ah, es un amigo de Aggelos, también es griego.
- Ah ya...
Se prendió lo ya líado, yo fumaba tabaco...
- Do you want some?
- No, I have my cigarrete here...
- But this is not tabacco.
- I know dude, but tabacco ends faster.
Segíamos la plática, y seguía rolando lo líado. Bueno, me terminé el tabaco... ahora sí.
- Now is my turn.
Venga a jalarle duro... seguía la plática y mientras unos movíamos la boca otros movían las manos... seguían líando y se seguía pasando lo líado... no se terminaba; daba alegría ver eso. De pronto los sumos subían cada vez más, y la temperatura corporal con ellos... el pulso apesadumbrado... repentinamente todo gira a una misma vibración, a un mismo tiempo, tú y los demás y todas las cosas, y el aire de fuera y si te asomas por la ventana, las estrellas... todo baila aun mismo ritmo, ¡Qué coordinación!... Todo eso era la torre de Babel: inglés, francés, español, griego... Babel.
- Lets get out of here!
- Wait we need a place to sleep...
- Pueden dormir en mi casa si quieren...
- Gracias Dani.
- You can sleep here if you wan to...
- Thanks Aggelos...
- Now, lets get out!!!
Olor a pavimento, mente divagando, sonrisas deshojadas, el viento en la cara, las luces de la calle empiezan a bailar, se oye música a lo lejos, vamos a bailar.... llegamos, ¿qué es esto? rock.... ¡Entremos!
- ¿Otra cerveza?
- ¡Venga!
El ruido se fue alejando, la gente seguía marchando lejos, bailando, sudando, riendo, gritando... ¡Qué felicidad! Yo... yo como en un estante aparte, sólo de observador, no participaba, mis manos no los alcanzaban... ¡espera! ¡me caigo! No.... es la gravedad... maldije tanto la gravedad.... quería volar más alto esa noche, quería alcanzar más, en ese momento yo lo hacía, me estaba apartando, safé mis pies de las enredaderas sobre el suelo y podía verlos a todos desde lo alto. Ahora ellos no me alcanzaban a mí. Veía a mi amiga pelirroja agasajándose de Aggelos y pensé que esa noche dormiría sola... la gente me fatigaba, era demasiado... yo quería pensar y el ruido me entumía, la gente se me venía encima y nomas sostenía la mano de Alberto.
- Ya se acabo esto, salgamos de aquí.
- Vámonos...
Salimos todos, yo acordé en irme a dormir con Dani y Alberto, Gigi acordó lo mismo. Entonces partimos.
- Wait, do you want some more?
- Just give me a little...
y de nuevo roló lo líado. Bomba fue todo eso.
- ¿Cuánto falta para llegar?
- Cuarenta y cinco minutos.
- ¿¡Caminando!?
- Venga que así los aguantas más.
- Bueno Alberto pero no me sueltes, que me voy y no quiero regresar.
- Vale no te preocupes, cójeme fuerte.
Plac, plac, plac... eran mis pasos, los oía como si fueran mis latidos. Pompom, pompom, pompom... esos si eran mis latidos. Psss, pssss, pssss... ésa era mi respiración. ¡Paz! ése era un choque electrico que me petrificaba desde la medula espinal hasta el cerebro, todo mi cuerpo. Y en ese tiempo me sambutía, me sacudía, me levantaba y me caía desde el trigésimo piso de la vida hasta el más ondo de los abismos. En esa pacividad me quedaba suspendida y volvía a caer como escupida del infierno. Un escalofrío más leve y ya está.
La combinación seguía jugando: Plac, plac, pompom, pssss, pssss, ¡paz! y venía de nuevo la descarga. Mi cuerpo estaba haciendo la música más experimnetal que lo había recorrido... algunas veces antes y posiblemente más a futuro. Pero esa música sí que era real.
En ese tiempo yo recorrí los Alpes Suizos y la muralla China, escalé hasta la punta del Everest, retrocedí mi vida un par de años, un par de siglos y varios milenios, conocí a Ho Chi Minh y cené con los discípulos, también ellos me invitaron a fumar.
Me escupió el infierno de regreso y respiré el aire más sucio que había conocido... respiré recuerdos y degusté de ti.
- Vamos un poco más rápido.
- ¿Cuánto falta?
- Cuartenta minutos.
- ¡No mames estás bien pendejo! ¡Eso dijiste hace veinte!
- Sí marica, tengo ful frío hijueputa!
- Vale tías que yo no tengo la culpa.
¡Paz! El otro ramalazo... ¿seguía caminando? ¿Por dónde caminaba? El pavimento me quemaba, los letreros me seguían a mí. Los semáforos eran azules, negros y rosas y la vida estaba abierta de piernas frente a mi. Yo seguí y me adentré en ella, me la comí toda, la terminé toda, de pronto sentí que la carne se me pegaba en los huesos y yo seguía deborando. ¡Pom! Me escupió el infierno de regreso. Entonces me sentí mastubrada... respira profundo chica, de pronto vacía...
De un lado al buen Alberto y más allá Gigi...
- Ya llegamos...
- ¿Cómo vamos a caber los cuatro acá?
- Sí cabemos, además es mejor, hace mucho frío ¿no crees?
- Cabrón es lo que eres...
- Jajaja.
- Echate tu junto a Dani, luego me echo yo y Alberto que se quede en la otra orilla, así nosotras no nos caemos.
- Jajaja bueno ya está, métete a la cama.
En mi mente seguía dibujando todos los solares y de pronto tube ganas de ti.... Siento un cuerpo encima, yo no puedo dormir... Está muy cerca, tengo ganas de ti. Eres tú, lo sabía, cerré los ojos y te ví.
- Jajaja.
- ¿¿¿Qué pasa???
- Nada
- Cállense que los demás queremos dormir.
- Shhhh...
- Jajaja lo siento....
Sabía que no tardarías en aparecer de regreso.... ya está. No te vayas.... plac... elefantes rositas, pequeños y gorditos brincaban una cerca frente a mí. Conté 47... creo.
- ¡Carajo! que hora es?
- Las once y algo.
- ¡No jodás! Vámonos, tengo que ir a mi casa porque ire a comprar mi celular.
- Puta madre Gigi, ¿¿ya??
- Sí, dije que llegaría a las ocho.
- Mmmm.... vamos entonces.
- Las acompaño hasta la puerta.
- Sí, los acompaña él porque yo me cago de frío
- No te preocupes Dani. Todo bien...
Caminamos hacia afuera y hacía un puta frío del que pensé que me había librado.
- Bueno, muchas gracias por todo de verdad...
- No no hay de que, nos vemos luego.
- Sí, bueno, se reportan.
- Ya sabes... cuídense. (muak, muak)
- Ciao.
Ya estábamos caminando solamente Gigi y yo.
- No mames wey siento que no he dormido ni madres.
- Marica es que no jodás... no has dormido nada...

lunes, 13 de octubre de 2008

Yo pregunto

No es con afán de molestar a la audiencia
Pero es mi obligación preguntar
¿Por qué si somos tantos sucede lo ocurrido?

De tontos es negar que el amor está pasando de moda
Y que toma su lugar la capitalización,
Que la libertad sólo duerme en algunas mentecillas
Que siguen esforzándose por continuar tras
El trastabillado sendero donde se ocultan las verdades,
Donde las mentiras se convierten en verdades por mayorías en su ejecución.
¡Qué la globalización une al mundo! ¡Venga!
Y deja de factura la pereza mental.

Más idiotas son los que proponen escondidos tras las tribunas
Que los que cambian de papel tras el bastidor.
Que de políticos ya están hartos los panteones
Y llenos los países por montón.

¡Que el hombre domina la tecnología! ¡Venga!
Y la ética que duerma en el rincón
¡Libertad a la mujer! ¿Aborto?
Practicidad: monotonía, comodidad y contaminación.

¡Y que se suelte el vendaval!

Que la ira es hoy mayor que las palabras
Y solo me queda agitar las manos apretadas
Y gritar al firmamento ahumado a cañonazos.

No hay paciencia: la guerra.
No hay respeto: violencia.
“Dios ha muerto”, Chávez reina
y que la ignorancia nos siga cayendo desde el cielo:
marginación, asesinato, hipocresía,
urbanización, enajenación, fetichismo,
egoísmo, abandono, fanatismo, borreguismo ¡Bingo!

En las rocas, alcoholismo, eutanasia,
“Reivindicación, resistencia, marihuana ¡disidencia!” Hipocresía…

… y el absurdo de la paz lograda por las armas.

¿Hasta cuándo humanidad seguirás devorando tus entrañas?
Tu condena, tu exilio;
Sentencia y despedida: tu suicidio.


(Apéndice: cuántos conceptos mal logrados, manoseados y usurpados por aquellos que los manchan con sus lenguas y los queman en hogueras de ignorancia… basura).

Enamoramiento

No se que pasa con el enamoramiento
que no me deja vivirlo ni sufrirlo.
Sólo me encandilan los reflejos
y se vuelve imposible encontrar la luz,
la gran llama esa en la que sinceramente, no confío.

Trotamundos

Extraño mi ventana. Al abrir los ojos esperaría ver la luna que veía desde ella. No es que no tenga ventana, pero ésta solo se hace dueña del pavimento.
Es increíble como nos aferramos al lugar al que creemos pertenecer. El hombre sigue negándose a estar sólo… corrección: al hombre le sigue dando miedo enfrentarse a sí mismo, a sus temores, a sus vicios, a sus virtudes, a sus defectos, a sus reacciones, porque de ahí ya no hay nadie que te saque, ni nadie que te traiga de vuelta a la realidad, nadie que te retraiga de tus abstracciones o que se hunda en ellas contigo. Solamente tú.
Las lágrimas ya rodaron. Es de noche y voy caminando por el puente hasta llegar al viejo reloj. Me sorprende la simetría de la lámpara con la luna. Marca la hora: ocho menos diez. No sé que tan cierto sea, pero eso no importa ya.
Lo que importa es la pesadez con que me siento, que cae el cielo enterito sobre mí, que apenas lo puedo con los hombros, se me derrumba como si quisiera asfixiarme, como si fuera a tragarme, como si espesara según pasa el tiempo y me atrapara. Así, como queriéndome consumir.
Y yo sigo jadeante caminando, con la mirada bien perdida, con los pies sin rumbo obedientes al silencio.
Busco consuelo en los ancestros, en los sabios, en lo bello, en… ni siquiera sé en qué. Algo que me haga sentir menos vacía. Lo que no sabía todavía es que sin peso se puede volar más alto. No sabía que hacer conmigo, con esa libianez tan repentina, esa que tanto había soñado. No sabía que hacer con mis pies sin estar atados. Todavía no descubría la bomba que estaba apunto de detonar.
De la nada, no se por qué, un no se qué surgió. Tal vez yo; sí, seguramente fui yo. Decidí tumbarme los modismos, dejarme las costumbres, soltarme los engranes y andar de asueto. Tirarme sin cuerda al abismo y partir en tren sin ticket de regreso. Cambiar mi nacionalidad a trotamundos, y absorber todo lo que hay alrededor, ver y seguir creciendo ambiciosa, y seguir viendo y comprender y comprender. Conocerme ciegamente, conocerme a través de él, del universo del que formo parte y que me vio nacer. De saberme en las pupilas de todo lo existente y que se proyecten por las mías con igual. Desertora del peso y equipaje, holística la visión que voy a encaminar.
De repente me tenía a mí entre las manos, esfera que brillaba de cristal. Poseía nada, que no lo necesitaba. Pero no dejaba de brillar. Pasaron por mi memoria las escarchas de mi vida, fluían y como si quisiera borrarlas, erradicarlas y erradicarme yo del ficticio mundo las detoné. A contra reloj pasaron salvajemente, arrebatadas, poseídas, en un segundo que se hizo eterno, violeta, rojo, fuego… ¡Explosión!
Se esfumaron, se esfumaron dejando solamente el olor a humedad, a vejez que se guarda, que se bebe y se acaba, que muere para renacer.
Ahí estaba yo a las ocho menos nueve, sin nada que sostener. Con todo el mundo esperándome delante, y la mirada con ganas de vivir. Empecé, comencé de nuevo mi historia, mi vida, la que nunca terminaré de escribir… la realidad de pertenecer al todo que nos une, bajo la luna, que vuelve a ser mi pecho y las estrellas que ya conocen mi existencia.
Así soy yo ahora sin lugar, sin hogar mas que yo misma. ¿Y saben qué? No necesito más.

viernes, 10 de octubre de 2008

Recuerdo haberme visto en tu mirada

Recuerdo haberme visto en tu mirada
Mientras dormías y acariciabas
Las texturas de mis pies recién lavados.

Recuerdo haberme visto en tu mirada
Al salir una estrella que brillaba y prometía un secreto,
Aquella que amargaba la piel de mi cabello.

Fue en la oscuridad de la mañana
cuando seguí la claridad del eco de
mis sonrisas apiladas dejándome perder
en los bosques de mi fe adormilada.

Recuerdo haberme visto en tu mirada
desnuda y mortal, pendiendo del segundero
que amenaza con quebrar la delicada
esbeltez de los pensamientos por hablar.

Recuerdo haberme visto tierna y amordazada
en el entrecejo de dos espaldas al filo del precipicio,
a un suspiro de condenarme a la eternidad del vacío.

Recuerdo haberme visto en tu mirada,
De párpados cerrados y boca seca,
Con anillos de color violeta encerrándote los ojos,
Con quietud cortante controlándote tu cuerpo.

Instinto

Es el puro instinto el que me hace deslizar la pluma,
Solamente el instinto de marcar algo,
De llegar a alguien.

Camino por instinto, ya que si no lo hago,
Por instinto me entumo.
No es que esté yo vieja; lo que es,
Es el instinto que me lleva por ahí.

Es el mismo instinto por el que llegaste tú a su cama,
Y fue puro instinto el que ella te prestó.

Te aseguro que no lo recalco pensando,
Que si no hubiera sido por instinto,
Tú te quedas por ahí perdiéndote la vida
mientras que el... abusado de tu vecino, se aprovecha de ti.

¡Cuántas personas no nacen por instinto!
El instinto de su madre al ceder,
Aunque el padre también tuvo lo suyo,
Ese fue de enterarse y correr.

Por mi parte, todo eso del instinto ya me lo tragué:
Si me besas con pasión te cacheteo,
Pero fue el instinto lo que provocó que lo hiciéramos sin conocernos.

viernes, 19 de septiembre de 2008

La única canción desesperada.

Mi casa como todas tiene paredes y puertas, esas paredes suelen ser frías y las puertas desprenden olor madera. Suelen desprender también recuerdos de esos de los que huyo, de los que me persiguen desde la infancia, que me comparan y me transportar por el túnel del ayer y de lo que vivo hoy… que a veces me hacen sentir sucia por la tinta con la que me han tatuado, que a veces me hacen sentir otra por lo nuevo que he emprendido, de no importa qué, cuándo, cómo ni por qué, de esos que me hacen sentirme libre de ser quien he escogido sobre lo que me han impuesto, que me siguen haciendo prisionera de lo que he vivido, de lo que no me he podido desligar, de lo que se lleva tatuado hasta la médula espinal… de eso que se llama recuerdo.
Ese suave aroma a café, a cigarro, a charla, a dulce, a sexo, a mente, a palabra, a vida, a libertad, a prisión, a ti…
¡Tú! Sí, otra vez tú porque cuando me creía fuerte me has venido a recordar que aún existes, que me has elevado a la quinta potencia de lo que mis sueños nunca me han podido levantar, que me has sujetado en lo más bajo de los instintos pegada la nariz al suelo, rasgando tierra, rasgando suelo, rasgando sueños por encontrarte; ¡Rompiendo realidad! Rompiendo anhelos, gritos, esperanzas, piernas, carnes, senos, ojos, tela, frío, nieve, tabaco, ¡hastío! Que me persigue, que me corrompe y me humilla, que me completa y me vacía que me lleva y me regresa, que me moja y que me seca, que se acaba y tú no estás… que vacía, que vacía y sigue llenando…. Que me voy y no te alcanzo… que me flaquea, que me hunde, que me quema, que me vibra, que me grita, me retumba, me asfixia, me congela y tú no estás, que grita desesperada por tenerte, que sucumbe la pasividad de rozarte con suspiros y deseos y gemidos logrados en otro encuentro que no es más que el que yo quiero, de encontrarte en tu mirada, de tenerte en este cuerpo y acariciar sin más palabras que las palpitadas por los dedos, por la fuga de deseos que impacienta… y ya no estás.
Y recuerdo nueva piel, y recuerdo en el silencio y entre el grito y los tambores que gimieron tu nombre, que parieron a la luna, que encarnaron las estrellas que quisieron de tu cuerpo calor y algo más: suavidad y armonía, el placer de sentirte cerca, muy cerca… más cerca… ¿podrías acercarte más? Ahí, ahí donde sólo el viento es compatriota de los cuerpos, donde sólo la hojarasca acaricia los manojos de escasa felicidad que por coincidencia pude acariciar… sólo una caricia de lo que no he podido averiguar, sólo una pasión de la que no he podido saborear, solamente un respiro, un aliento de los tuyos, una pupila dilatada, un cuerpo humedecido del que pudiera gozar contigo… sólo eso y nada más.
Sigo impaciente y taciturna y despierto y me hundo y las sábanas me asfixian y la conciencia me aniquila y tu… tú ya no estás. Nunca has estado, o has estado desde siempre… ¡ven aquí que no te siento! Que los estragos del tiempo empiezan a enfurecerse y hacer suyos los segundos que congelaba para ti, de hacer fuego lo escarchado y lo suave carrasposo. Ya no hay más que tu desnudez detenida frente a mí bajo la suavidad de la mujer que llevo escondida, que he donado, regalado, vendido, subastando y apostado tratando de sentir lo que sentiría con tus labios, con tu roce, con tu goce, con tu grito, con tus manos, con tu cuerpo, con tu piel, con tu esencia, con tu estrella, con tu cuna, con mi vientre, con mi luna, con tu engrane, con mi cuna, con mi engrane, con tu vicio, con el mío, con tu lápiz, con mi tinta, con mi cuerpo, con el tuyo, con mis gritos y los tuyos, tu sudando yo gimiendo, yo gritando tu sintiendo, yo viviendo tu gozando, yo rezando tu golpeando, tu siguiendo yo accediendo, tu parando y yo contemplo, yo gozando tu viviendo… tu engranando y yo engranando… contemplando… doliente, gozante, pudiente y tú no estás, o has estado desde siempre… ven aquí, ven aquí que no te siento y no es más que el universo ni nada más que las estrellas que me vuelcan y me gritan que sigues muy adentro, que no es fácil masticarte, que no es mejor que aniquilarte, que quieren que te quedes, que quiero que te quedes, que queremos pasar por dónde mismo.
Sólo hay una cosa que podemos hacer a mismo tiempo ¡y a tirar los espacios y los tiempos! Y es tú en mí por un instante y detener el segundero y agitar todos los péndulos y recordar o imaginar… abrir los ojos y regresar a la frialdad de las paredes después de la tibieza de tu cuerpo y olfatear la madera que de los cedros a mi puerta visitó… y tú no estás ¿o será que has estado desde siempre?

miércoles, 10 de septiembre de 2008

IV (Poemas a la lejanía)

Si pudiera regresar a ti sería,
Incomparable firmamento,
Mariposas que me hiciste revolotear.
A tus párpados caería lentamente y lujuriosa
Y tierna y amalgamada, ungida, protegida tras tu voz.
Tras tus dedos que corrieron velozmente,
Con mi lengua escondiéndose en tu piel
Con tu voz que me gritaba suavemente,
Con tu voz que me agitó cobardemente,
En tu voz que desahuciada me tiré.
Si pidiera cuerpo sería el tuyo,
Si tuviera corazón no lo guardaría para mí
Y de ser tus labios cicuta bebería incontenible,
Y mi expiro se alimentaría de ti.
Y renacer mil veces y volverte a beber
Y embriagarme cada noche de tu lecho
Y amordazarme los gemidos y escuchar temblar la voz,
El hilo de jadeos que provocas
Y arrancarme la garganta ¡por favor!
Que nada podría latir más fuerte que mis venas palpitando tras tus pies.

martes, 9 de septiembre de 2008

I. Brujas (Reflexiones de una misa)

Advertencia:
1.- No es un a reflexión religiosa.
2.- No es una reflexión profunda. Es más que nada tratar de mantenerte con oídos necios y orgullo intacto.
3.- Sinceramente es una estupidez. Pero es divertido y podrían aprender algo nuevo. Yo lo hice.

-Oremos- dijo como todos los domingos el padre para indicar el comienzo de uno de los rituales más aburridos, apesadumbrados, instigadores del ocio mental y sin sentido que nos han impuesto. Digo del ocio mental primero porque la estancia ahí no es cien por ciento voluntaria (en mi caso, ¡nula!), lo que da pie a que tu mente empiece a divagar con cualquier pretexto para hacer oídos sordos a lo que te alecciona esa exasperante voz que tiene además, un tono insoportablemente solemne y que, en el mejor de los casos, intenta llegar a ti disfrazada de misericordia. En esa divergencia tan aburrida que empezó tu mente a maquilar sin haberte si quiera dado cuenta, en la que un silvido desde afuera dio pie o el cabello maltratado de la señora regordeta de enfrente, el magnífico trasero del muchacho que dejaste de ver cuando saliste del cole o incluso el insoportable llanto y los jaloneos de los niños que corretean sin parar y los enormes senos de la matriarca que reserva su finura sentada en un palco lateral (porque no nos hagamos pendejos, en misa hasta a Maddonna empiezas a tararear) empiezas a pensar en las cosas mas efímeras, pasajeras, triviales y cabronamente estúpidas hasta llegar al núcleo de las filosofías más antiguas como la pregunta existencial con mayor complicación: ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Haciéndote el imbécil sin llegar a una respuesta. Tanto así que decides turnarlos: un domingo le toca al huevo y el siguiente a la gallina. Lo ves, además de todo resuelves el problema de la democracia. ¡Apunta Calderón!
Mientras el padre implora por la humanidad señalando la cruz sobre su cabeza tú has recorrido todo el camino para llegar a ser un buen presidente.

Paréntesis: ahora que lo pienso, tiene sentido eso de que México presuma de su fanatismo católico. Ahora se por qué Vicente Fox visitaba la basílica, ¡Si ahí descubrió su profesión!… ¡Ay Benito Juárez, benditas sean tus leyes de Reforma! Ahora nomás falta la aplicación. Cerremos el paréntesis.

Bueno, pues así como a ti a mí también me pasan todas estupideces por la mente. Lo que sea para refugiarme de toda esa palabrería a la que no le encuentro ningún sentido es bienvenido al umbral de mi razón durante esos 60 minutos (mas anuncios y recados eventuales al finalizar).
Así ocurrió este domingo; mientras la gente se daba la mano con la paz y después de haber contado cada vuelta que daba el abanico, la pregunta, la pregunta llegó a mi cabeza: ¿Por qué las brujas usan escobas para volar? ¡¿Por qué escobas?! Por que no un trapeador, un sacudidor, una pala, un tubo, por qué no simplemente si hacen magia no se ponen alas o al estilo Peter Pan asaltan el valle de las hadas para robar su polvo de hadas, por qué no son brujas modernas y usan aspiradoras ¡Estamos en el siglo XXI! podrían tener hasta su propio jet privado… ¡lo que sea! … ¿Una escoba?. Es obvio que hablamos de las brujas que hacen todo aquello aparentemente inimaginable e imposible que conocemos como “magia”, a la de los cuentos y los mitos; no a aquellas personas que presumen de saber herbolaria aunque de ahí el origen del mito de la bruja actual; ésas sabemos que no volaban en escobas.
El morbo fue demasiado y al llegar a casa no pude más resistirme y "googlee" la pregunta. Ninguna respuesta interesante. La que desde mi punto de vista, es la más creíble es una explicación que dice que cuando estos personajes celebraban sus reuniones, llamadas también akelarre, lo hacían en lugares apartados por lo tanto debían de acondicionar y limpiar el lugar, por tanto la barrida no podía quedar fuera. Eso da pie a otro comentario irracional, mera reacción: ¡Son brujas!… ¿barren?
Bueno, siguiendo, como tenían que barrer, se acordaba que cada una llevara su propia escoba. Me imagino que para que no hubiera ningún pretexto para que alguna no hiciera lo suyo.
Ahora hay que separar las cosas. Las brujas tal y como nosotros las conocemos, es decir, con las que hemos crecido en los cuentos son producto de un mito que surgió por la existencia de verdaderos seres que dominaban ciertas técnicas que en su tiempo no eran conocidas, no las enseñaban, no se promovían, eran ilegales, inexplicables y por lo tanto incomprensibles. De ahí que lo determinaran como magia o cuestiones sobrenaturales. Ahora sabemos que eran juegos con la física, química y demás. Y para aquellos que creen en el misticismo, los portales, la cuarta dimensión y el contacto con él. Son al final de todo, cuestiones explicables. Creíbles o no, pero explicables al fin.
En todo caso, también tomaron otra divergencia: la de las religiones, el satanismo, el contacto con el más allá, brujas negras o blancas etcétera, pero eso es otra historia.
En conclusión: debido al hecho de que cada “brujita” llevara su escoba en realidad, motivó las lenguas para que en el mito o la falsa creencia fuera asociado o más apropiado para las historias que fueran montadas sobre ellas.

Que Dios los bendiga. Amén.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Eternidad

Trato de vencer la eternidad cigarro en mano,
Extrañarte así debería ser prohibición,
A donde vaya divagando vuelvo a recaer en tus entradas
Y se me vuelca el hueco que me queda en el pecho,
Justo arriba del ombligo, naciente de placer.
Carente de creatividad me confieso,
Pero incesante de dibujarte a color, en blanco y negro,
Frío o tibio. ¿Desde dónde? Qué sé yo…
Desde tu impetuoso balbuceo, o desde la ventana donde estoy
Quizá no llegué hasta la luna
Pero ¿qué quiero de allá si ahí no estás?
Querer así debería ser sufragio, condena, suicidio ¡Una revelación!
Una advertencia al jinete galopante, que se enfrenta a revolución.
¡Amordazamiento a la propiedad privada del corazón!
Que ya se declaró estacionario en el vértice, en la vertiente que le creas a la razón.
Que la confundo ahora con mis sueños y los sueños, sueños son;
¡Sueña Hera, sigue soñando! Amamantando el anhelo de calor.

Espero cada día taciturna por si de repente apareces
Y la aparición no llega nunca, un breve acercamiento y nada más.

Quererte así es ya demasiado, y aún así
No paro de dolerme en la distancia
Que de mi ventana a la luna es infinita
Y la eternidad inalcanzable con sólo una cajetilla.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

¿Pesa la noche o el día es oscuro?

¿Pesa la noche o el día es oscuro?
Estaría bien que el viento oreara mi carne podrida.
No es nada más que la madera que me encierra
que se va llenando de musgo
sin traspasar un poco del aliento del cielo
cada vez compactando mi nariz con el suelo.
Identificando el resbaloso desbordad de la sangre,
el estrujar de mi vestido que se encoge…
Que voy desapareciendo poco a poco,
al tiempo lento que suspiro unas palabras
al consuelo de las horas que me abrazan,
que me asfixian poco a poco,
al tiempo lento que se cuelan por mi llanto
el llanto de todos los que yacen a mi lado.
¡Duerman! Porque nada de lo que no comprenden dejará de ser cierto.
Nada es para siempre, ni la vida ni la muerte,
que no ven que desaparezco poco a poco
al tiempo lento en que se carcome mi cuerpo.

POESIA

Si la poesía fuera lengua de todos los pueblos
Saldrían en lugar de balas flores de los cañones,

Si la poesía fuera melodía de las verdades
Se palparía con cariño entre las voces
De la humanidad que de pronto regresaría a ser humana,
Del hombre que volvería a ser su esencia
De razón y bondad.

La poesía que es lengua de mi garganta cansada y amordazada, que sin ser ella la más amada seguro es de las menos escuchadas.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Hera

… Hera amamantó a Hércules y la leche de su seno dio origen a la vía láctea…
La diosa madre de todos los dioses, merecedora de la mirada de Zeus se enfrentó a Atenea y transformó a Galantis en comadreja, compartió el amor de su dios con otras diosas, celosa hacía retumbar los ecos del cielo y agitaba con su mano los trigales de la tierra; en un suspiro vio nacer los cuatro puntos cardinales y con el dolor de su corazón caminó victoriosa y derrotada hacia el horizonte, dándole la espalda al mundo, amando aún así en el auto-exilio. Hera quiere bajar del Olimpo.
La diosa que siempre fue mujer regaló su matriz al mundo. La virginidad encarnada en sus hombros bajó y pisó la tierra, se aferró y se disolvió en lágrimas que brotaron sin saberlo y parió los ríos. Su erguido pecho sigue levantado en las montañas y su corazón indomable sigue palpitando despiadado y gimiente, violenta y amarga.
Hera fue mujer y se hizo tierra, hoy sigue siendo tierra pero renació mujer.
Hera sigue soñando y el día sigue siendo largo y en la noche solamente contempla el maravilloso resultado de su seno. Hera sigue soñando y sigue ausente… Hera sigue viviendo, Hera sigue amando y sigue padeciendo. Hera, la diosa sigue siendo mujer. Yo sigo siendo mujer y no puedo dejar de ser Hera.

De la genética (Biología y ética. Segunda parte)

Sigamos el ejemplo de la biología: el universo es una sucesión de complejidades que está constantemente en evolución. El cuerpo del hombre funciona exactamente igual que el de una máquina, tiene sin embargo una complejidad mayor y es consecuencia de un acrecentamiento de particularidades más pequeñas. El átomo con sus protones y electrones da sucesión a elementos más complejos como las células y va mutando y va componiéndose hasta surgir todos los seres inanimados y los vivos. ¿Cuál es la diferencia entre ambos, si los seres inanimados están formados también por células (que comprenden vida ya por concepto)? Solamente su nivel de complejidad y los poderes que les otorga la misma. Siguiendo esta cadena seguimos siendo perfectos. “La historia del universo es un impulso permanente hacia una complejidad cada vez mayor. Su hipercomplejidad da al ser humano un poder que sólo él posee: la capacidad de ir comprendiendo poco a poco el universo y transformarlo locamente”. El hombre ya ha logrado comprender y controlar grandes espacios de la biología, llegamos a un punto en donde tiene la capacidad de suprimir o eliminar mutaciones y de controlar los aspectos genéticos. Lo cual no es más peligroso para la humanidad que erradicar el virus del sarampión. El riesgo se corre en la posibilidad de ponerse a la merced de crear hombres preprogramados, lo que conocemos ahora como la ciencia de la genética. Esta situación nos lleva a la pregunta ¿qué clase de humanidad queremos llegar a ser? Es aquí donde surge la inherente necesidad de pasar insensiblemente de lo biológico a lo ético. “La búsqueda de conocimientos no debe aceptar límites, pero toda acción ha de someterse, necesariamente, a una ética”. Lo que da como resultado la aparición de un nuevo concepto: la bioética y sus cuatro principios: el respeto a la persona, el respeto al conocimiento, el rechazo del lucro y la responsabilidad de los investigadores.
Se podrán preguntar algunos qué tendría de malo armarnos con la capacidad de transformar y jugar a nuestro antojo con el control genético. Si con la creación de seres preprogramados podemos lograr que el hombre sea cómo “debiera” ser o sea lo que la sociedad necesite, erradicaríamos la desigualdad social y disminuiríamos el racismo. Pero de la misma manera terminaríamos con la multiculturalidad de la que gozamos y de la que adoptamos también, conocimiento.
Imaginemos, solamente supongamos lo siguiente: avanzada ya la tecnología y con el conocimiento total de todas sus partes, en conjunto con la psicología y la educación, podríamos hacerlos a todos democráticos, pacifistas, marxistas, militares o lo que quisiéramos para poblar la tierra y ser un mundo feliz. Los conflictos surgirían aquí: Primero, el concepto y finalidad de hombre preprogramado está sujeto a puntos de vista y enfoques diferentes. Y segundo y más importante desde mi punto de vista: se le restaría libertad. La libertad de decisión. Para consuelo de todos esto es imposible. Sí, podemos entender a la educación como algo que nos hace ser y creer ya en algo predeterminado y Hitler ya logró sumergir a miles de personas dentro de la misma piscina. Pero eso no es más que un enajenamiento bruto. La capacidad de decisión, la libertad de pensamiento sigue ahí independientemente de nosotros y es incapaz de ser arrebatada. ¿Será capaz el hombre algún día de alterar de igual manera el cerebro y dejarnos a todos dopados bajo la misma perspectiva?…. una vez más, ¿Qué tipo de humanidad queremos llegar a ser? El ser humano es el único ser vivo que tiene el conocimiento del mañana, lo que le abre un abanico de oportunidades respecto a qué esperar y qué anhelar de este, de ahí sus reacciones. Esto elimina toda predeterminación de lo que llamamos destino y la responsabilidad de tomar el porcentaje de control que nos corresponda y responder por ello, sabiéndonos concientes aún así, de que no <> depende de nosotros.

sábado, 30 de agosto de 2008

De la imperfección (Biología y ética. Parte primera)

Bueno, bueno, partamos del hecho de la imperfección del hombre.
Para todos aquellos que pensaron egoístamente que la perfección como tal corría por sus venas les concedo razón. Y para todos aquellos que pensaron que el hombre era un conjunto de imperfecciones buscando asentarse, no tengo argumentos para negarlo.
Vamos punto a punto. El hombre biológicamente y como ser vivo es perfecto. La naturaleza es sabia y también perfecta. Provenimos de ella y somos en su materia semejanza, similitud y perfección. Todo en nuestro cuerpo está perfectamente ordenado y en su lugar, disponiéndose a hacer lo que tiene que hacer. El corazón late, los ojos ven, el estómago se sacia, el cerero ordena, el sistema pulmonar nos hace respirar… sí, todo puesto en el lugar exacto. Pero entonces ¿las enfermedades? ¿Las deficiencias? Bueno, no hay que ser cerrados, hay que buscar un punto de equilibrio, somos de carne y somos susceptibles. Además no hay que olvidar que muchas de esas enfermedades son consecuencia de nosotros mismos. Así como nacemos, morimos; y nuestra muerte no termina con la vida. Los ciclos rigen el curso y lo que comenzó debe tener un punto de final, que dará origen a un ciclo nuevo. Y dentro de esas deficiencias y de esas aparentes amenazas que son las discapacidades en nuestros organismos existen también otros organismos creados por la misma naturaleza que así mismos están siguiendo el curso de la vida y obedeciendo la razón de su existencia. No somos la única creación. El agua cae, se evapora y vuelve a caer. No en el mismo lugar ni de la misma forma, pero lo sigue haciendo. Y la carrera sigue. Y somos perfectos.
¡Pero momento! Que la diferencia viene a ser marcada por la conciencia. Sin saber por qué motivo gozamos o padecemos según sea el enfoque, de un pleno conocimiento que no nos permite cegarnos ni andar únicamente pululando sin rumbo alguno. Por absurdo que parezca esa es nuestra imperfección, la cual no nos hace mejores ni peores quiero aclarar, pero nos da la capacidad de decidir por nosotros mismos y la oportunidad de ser dispares. Lo que haga el hombre, ya no ser vivo, sino humanidad, es el punto de partida. Es ese el punto de inflexión y es en el mismo ciclo del que formamos parte donde dará sus frutos. De ahí provienen nuestras debilidades, nuestros tropiezos con la vida y las decisiones erradas, la injusticia, los políticos, los choques, las guerras, las discusiones, las palabras, los pensamientos, los sueños, los deseos, los versos, las creaciones, la familia, la sociedad, los conceptos, la claridad… no nos movemos por mero instinto, pues aún así el que lo hace está conciente de ello y eso lo vuelve un ser pensante. Así es, la ética y la moral vienen a aparecer. Que son cosas diferentes hay que aclarar también. Y tan cierta y universal es su existencia que nos indignamos al pensar que uno igual que nosotros tenga el descaro de abusarnos. Además de todo dudamos. El hecho de dudar deja claro cuestiones que no conocemos, que no tenemos por sentado ya que si no lo hiciéramos sabiéndonos seres pensantes, sería evidente nuestro claro entendimiento de lo absoluto. Aún así, dudamos, desconocemos pero seguimos dudando y eso nos lleva una vez más al pensamiento. Es una cadena: dudas porque piensas, pero dudas por que no lo sabes todo y toda esa perfección no puede caber en tus posibilidades porque es más grande que tú aunque formes parte de ella, porque no puedes presumir de la misma virtud aunque estés rodeado de esta. Los animales no dudan, pues no piensan y aún así no saben nada, pero no se reconocen ignorantes y no es su culpa. No está en su naturaleza pensar.
La imperfección no nos hace malos, el hombre es bueno por naturaleza (aquí va de nuevo) pero es libre por vocación y sin capacidad de decidir seríamos todos lo mismo y seguiríamos siendo perfectos porque no habría diferencia. En la elección radica la libertad y la libertad se incuba en el hombre esperando ser utilizada. El resultado de esta puede tener tantas vertientes como personas en el mundo. La imperfección no es un defecto, es un accidente y todos crecemos accidentándonos. Ese accidente viene a regalarnos la autenticidad y una doble esencia, que además de ser humanos y sabernos humanos, nos hace buscar la respuesta a quiénes somos en lo particular, cada cual, lo que nos hace no ser nadie más. La imperfección existe porque somos capaces de reconocer lo bueno y lo malo.
El hombre es la creación más perfecta, pero no es perfecto. Aunque seamos un todo, el todo se divide en partes y aunque todas estén ligadas, tienen camino propio. Y la división no es una desunión, es la complementación de lo que existe individualmente que nos hace ser un todo en su conjunto. Un todo que no puede existir sin alguna de sus partes y esas partes que tienen como consecuencia curso propio.

viernes, 29 de agosto de 2008

Revelación

Lloré desahuciadamente como si fuera mi funeral y apenas comienza la vida.

jueves, 28 de agosto de 2008

Desahogo

Bien, esto más que ser un simple escrito que quiere tomar formas literarias o cumplir rítmicamente con las armonías que encausan los versos es pura palabrería de desahogo. No tiene fondo, no tiene camino, ni espacio, ni importancia ni futuro. Pero está cargado de rabia y de descontento; de un sentimiento de arrebato y una fuerte contradicción.
Hoy me siento idiota, ruin, incomplaciente. El ser humano más abrupto sobre la tierra. no pienso, estoy cegada por la estupidez y me siento totalmente embrutecida, incompetente, displicente, impotente y para terminar de reventar la víscera auto indiferente.Me reconozco agnóstica e incapaz de comprender la magnanimidad de lo absoluto, pero aún eso no me basta. Busco la verdad y dudo, pero ya no se trata únicamente de cuestionarse, se trata de encontrar respuestas. Se trata de pensar ¡y me doy cuenta de que no lo hago! Que mi cerebro está paralizado y aún con mi esfuerzo no lo logro… que ironía ¡ja! Una filósofa que no sabe pensar… ¡Qué idiotez! No lo sé… no puedo ser tan cobarde como para cesar en el intento pero aquí mismo me siento perdida, no puedo regresar ni encontrar el horizonte.

II (Cuentos del balcón)

Esa madrugada ella tiñó de sudor su cuerpo. El sol la despertó brillándole la piel con ese amanecer y recostada mientras abría los ojos se percató de lo rojo que estaba el cielo a través de su ventana, se percató también de la soledad de las sábanas que cobijaban el pecho desnudo con el que se había quedado; palpitante y extenuado, esa noche hizo lo que nunca había hecho antes: amó hasta el cansancio, hasta la asfixia, hasta el sopor insoportable de los que lo tacharían de inmoral.
No era la primera vez que dormía en compañía, sin embargo sería la primera vez que la compañía se volviese fugazmente eterna. Que la piel que rozaba su piel fuera bélicamente dulce y necesario el reencuentro de la misma. Se allanó de la pasión embriagante que cualquiera gozaría y de las que muchos presumirían inalcanzable, pero ella lo logró.
El secreto que su corazón guardaría como puro y que su cuerpo atizaría evidente al caminar dando a cada paso, la complicidad de los dedos que viajaron más allá de lo descubierto, a un lugar que era hasta entonces inexistente. Disfrutó y vivió la vulgaridad por la que cualquiera pagaría sin precio alguno y su voluntad intacta y su integridad realzada y la vergüenza guardada hasta el fondo del cajón, intocable.
Y seguía tendida con el sentimiento desbordando y ya cuando el sol estaba en el centro de la tierra, una parpadeada y mirada de reojo reafirmó lo que venía amenazando en silencio: la soledad de las sábanas no guardaban ni el calor de lo que otro cuerpo pudo brindarle.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Siempre de paso

Todo aquel que lea esto puede presumir de tener vida. No, no es una sentencia: En el mundo somos más de 6500 millones de habitantes viviendo (o sobreviviendo según sea el caso) y muy pocos le damos el valor que merece sin asumir que haya necesidad de tomarla tan en serio. La cosa es, que reducido es el número a comparación de quienes nos hemos hecho alguna pregunta respecto al valor más grande de la humanidad: la vida y por ende, el valor madre de todo lo que pueda surgir puesto que sin ella no gozaríamos ni de lo bueno ni lo malo que podamos ser o poseer.
Que si la vida es “la transición a la muerte”, “una guerra sin tregua, y morimos con las armas en las manos”, “no es nada, ciertamente, pero es divina”… ha sido siempre la víctima de nuestros agradecimientos y la culpable de nuestras desgracias. Placer para los hedonistas, sacrificio para los estoicos, reencarnación para los budistas, partera de los seres más despreciables de la humanidad para los pesimistas, el peor enemigo para los adolescentes, la creación y regalo más maravilloso de nuestro señor para los religiosos, la Madre Patria para los nacionalistas, fue y será una porquería para Enrique Santos, y sin embargo no deja de ser lo más maravilloso; y se seguirá escribiendo de ella, despotricando, amenazando o alabando mientras dure.
Ya antes los aztecas veneraban a sus dioses ofreciéndoles vidas y el deshonor más vergonzoso era pagado con la muerte; dicen que un tal Jesús ofreció la suya por los hombres. ¿Qué tanto valor puede tener esta cuestión para ser la recompensa mejor pagada o el castigo menos deseable? Y cuando se trata de darla, no hay poder más divino que éste ni alegría más envidiable que ver a alguien gozarla.
A mí la vida me ha sonreído y me ha dado la espalda muchas veces, me he enamorado, he sufrido, he llorado, he rezado y por que no decirlo, he estado dispuesta a renunciar a ella, a asesinarla… ¿ves alguna diferencia con la tuya?
“El pensamiento no puede tomar asiento, el pensamiento es estar siempre de paso” y la vida también. Ciertamente el pensamiento se nos adelanta, no tiene límites más que los que nos otorgamos y es capaz de llegar a donde uno no podría ni con cinco vidas. Viaja y no se detiene incluso aunque nosotros intentáramos sabotearlo. Pareciera tener, irónicamente, vida propia. Va de un lado a otro sin pedir permiso, acariciado algún recuerdo, gritándonos la conciencia o exclamando un por qué. El hilo conductor sigue siendo transparente; una sola palabra, una sola idea, incluso un simple parpadear, un nuevo amanecer frente a nuestros ojos da pie constante al viajero inalcanzable y errante que nuestro pensamiento juega dentro del reloj que sigue contabilizando nuestra existencia. Hablando, parlando nuestro cerebro con nuestros sentidos, encaminando el pensamiento que se ha de vomitar ante la realidad. Así la vida va pasando, entre instantes y momentos que si no es el pensamiento será la realidad y ganancia sería que ambos convergieran y acentuar complicidad.
Es imposible pensar en la vida sin que aparezca fantasmal la señora muerte. No es un retrato aterrador para todos los vivientes, si es sin embargo lo que muchos aseguran lo único realmente constatable en esta carrera: su final. Pero no nos adelantemos.
Estamos viviendo todavía y hay que enfocarnos en ese punto.
El momento en donde respiramos por primera vez, o en el que anteriormente fuimos concebidos con singular alegría, placer o mero accidente no es más que nuestra primera huellita, la lucecita que amenaza con convertirse en hoguera y que luchará insaciablemente por llegar a hacerlo.
Con el tiempo nos damos cuenta que esto de vivir no es nada fácil y sin embargo ¡es lo más sencillo de la vida! Después de abrazarnos tiernamente con el pecho materno y la fortaleza de unas palmaditas de papá para asegurarnos el endurecimiento, la vida empieza a jugar con nuestras tiernas conciencias que van poco a poco, unas más prontas que otras, despegándose del vacío. Ahora sí, el mundo es tuyo. Sin embargo empieza a calarnos la piedrecita en el zapato y empezamos a notar a todos nuestros compatriotas en la humanidad luchando ante la misma causa: vivir.
¿¡Cuántas veces no se nos olvida que la tierra gira en un mismo sentido para todos!? Que si nuestro sufrimiento es grande, el de tu vecino puede ser peor. Y aún así seguimos embarrándonos la patente de la autenticidad y los descalabros los adoptamos como nuestros. Que ciertamente lo son, pero no hay que ser tan egoístas como para pensar que nuestro cráneo es el único de hueso.
Sin experiencia nos tiramos de lo alto y poco a poco vamos tomando vuelo y aleteando mientras logramos el control (lo que nos corresponda) de nuestro curso.
La vida es algo maravilloso porque aunque el sufrimiento lo padezcamos todos, siempre habrá alguien dispuesto a padecerlo con nosotros y así, cuando otro sea el que lo sufra nos tocará a nosotros regresarle a la humanidad lo que nos prestó.
Y en esa transición y en ese camino en el que estamos siempre de paso las alegrías son el motor vibrante que cascabelea, eso que siempre nos hará ver el cielo hermoso aunque se hunda entre las llamas, y las ganas de vivir y seguir asombrándonos con la belleza que la vida misma trae por ser vida, seguirá siendo el ideal a defender. Y es por eso que se vuelve tan maravillosa, porque nomás hay una y porque estaríamos dispuestos a lo que fuese por vivirla como queremos hacerlo. Es nuestra, nuestro lienzo a pintar, lo que nos pertenece aunque no sea para siempre y aunque no nos alcance, nuevamente para lo que nuestro pensamiento ya recorrió miles de veces.


“Así crecí volando, y volé tan deprisa que hasta mi propia sombra de vista me perdió; para borrar mis huellas destrocé mi camisa, confundí con estrellas las luces de neón”.

Guerrillero

Se acercó el silencio besando las hojas
que dormían en el suelo,
que cubrían la tierra que cobijan tu cuerpo.

Sí, porque el mundo te extraña, guerrillero,
que si no fuera por tus rabiosos ojos
estaríamos contagiados, sin motivos.
Porque fue tu carne la que alimentó los ríos.

Qué tristeza que tu muerte, guerrillero,
sea la que te corona como héroe,
y no tu lucha impaciente
la que terminara, taciturna, la ignominia,
el desamparo de los que se olvidan.

Lloran mis ojos, viejo amigo,
porque sin haberte conocido, te conozco,
porque mi boca desesperada por
querer alzar tu grito y ser siempre sepultada.

¿Hasta cuando regresará la conciencia?
La razón de la muerte de tu cuerpo
y de todos los demás sepultados
que volvieron trascendente su objetivo
que todavía tiene puños levantados.

Que si somos muchos, que si somos poco,
¿Qué más da si resistimos? Más luchamos,
más arraigado el fusil al pecho.

martes, 26 de agosto de 2008

Barlovento

Saboreo la sal que se pega en mis labios
empapados de brisa y anciando libertad.
Deposito mis penas sobre el agua,
me hago una cuna con el mar.

Se izará mi alma sobre el viento
me marcharé con un ideal mar arriba llamado Barlovento

domingo, 24 de agosto de 2008

III. En prosa (Poemas a la lejanía)

Es curioso, hoy te extraño y sigue lloviendo. ¿Será que vienes con la lluvia? Tal vez sí, porque la siento fuerte… muy fuerte. El cigarro regresó como era la costumbre, en las mismas cantidades anteriores y es inevitable sentarme en la ventana a buscar la luna aunque hoy no esté. No importa, estás tú y huele a lluvia. Sólo quiero creer que existes.

viernes, 22 de agosto de 2008

II. En prosa (Poemas a la lejanía)

Hoy llueve. ¿A quién no le gusta ver llover? La melancolía una vez más me invade y es que esas gotitas que a simple vista se vuelven tan simpáticas siempre traen consigo más de lo que uno se imagina poder sentir. Las gotas tocaron mi cara y por qué no decirlo, resbalaron por todo mi cuerpo. Sí, una vez más me entregué desnuda a ellas y puedo decir que no hay mayor placer que sentir como van rodando desde arriba hacia abajo, y van viajando y se detienen en mi ombligo y acarician mi cuello y besan mis labios… y llegan a mis pies y todavía en esa parte siguen siendo electrizantes. Una pizca de vitalidad se va tornando agua y después se torna vida que toca vida, que se estampa con la carne y la empapa y la seduce.
Como siempre es en mi ventana y las gotas me impiden abrir los ojos, pareciera como si escondieran una forma que no quieren que sea vista, sólo quiere ser sentida.
El cuerpo es bello y en comunión se vuelve más intrigante. Mi piel brilla y es porque está mojada y le gusta y lo sé porque es palpable. Se siente.
Es imposible no viajar en lejanía y volver a creer en los milagros; la tierra está mojada, reconozco ese olor porque lo tengo muy presente, huele a nostalgia: huele a mí. Mi cabello está empapado como si sudara por sí solo, se pega a mi piel y me recuerda a la tuya. ¿Qué será eso que te vuelve un estigma? Debo decir que me dueles, pero hoy te gozo porque llueve y me transporto contigo y aunque todavía dudo de tu existencia nuestros ojos ven a través de la misma retina. Eso lo sé…
El agua sigue corriendo y en la calle no hay nadie. ¿Por qué la gente parece huirle a la lluvia? Cómo si le debieran algo a ella, como si quisieran escabullirse del recuerdo.
Las gotas siguen jugando y siguen viajando cada vez más rápido, también golpean más fuerte… creo que tratan de decirme algo porque están sacudiéndome pero no importa, yo me entrego a ellas y sigo enajenada como sólo tú sabes. Hoy te extraño aún más cuando eso me parecía imposible.
Mi pecho sigue brillando, mi cabello está escurriendo y aunque mis ojos están cerrados sé cómo luzco y cómo luce todo a mi alrededor. Puedo decir que es sublime.
Hoy es un día de esos en los que me siento bella y tú no estás para notarlo.
Hoy llovía y ya en este punto es imposible no viajar por tu cabello. Es curioso, creo que me observas y eso vuelve mi desnudez un tanto más susceptible.
Dejó de llover… aún así me niego a abrir los ojos.

I (Cuentos del balcón)

Había una vez una joven de pelo oscuro y ojos tristes, y así como sus ojos estaba también su corazón: desolado. Su vida monótona la aburría, la gente superficial la iba hartando cada vez más y la mayoría de la gente con la que convivia era en efecto, superficial. Todas las noches los ojos tristes de la joven se fijaban en el cielo esperando a que llegara la luna; le escribia, le lloraba, la amaba y le pedia, le añoraba que la ayudara a entender, a encontrar una razon. Sus compañeros nunca dejaron de ser un lapiz y una hoja de papel... sin embargo por más que la niña preguntaba la luna nunca contestaba... aun así, seguía esperando ferviente a que ese astro se asomara porque esa luz tan penetrante y tan tenue la hacia sentir aompañada. Cada noche era la misma pregunta y la misma soledad. La luna nunca respondía...
En una de esas noches, cuando el sentimiento la arrebataba tan fuerte que parecía insoportable empezó a escribir, al terminar se dió cuenta que se hacía amiga de su propia soledad. Vió a la luna triste y por primera vez la luna habló: Te tienes a ti misma, con eso basta.
La joven entendio: la luna tenia un ciclo, menguaba, se llenaba y volvía a menguar. No siempre estaba plena, pero sabia que volveria a brillar grande y redonda... ¡y no necesitaba de nadie para hacerlo! y cuando brillaba todos la amaban y cuando menguaba todos padecían con ella y aún así, la seguían amando.

jueves, 21 de agosto de 2008

Soledad

Es cuando tú, bella amante, acaricias mis entrañas
Es cuando vienes a visitarme, luna de todas mis noches,
Cuna de toda mi vida, que mis sentidos se despiertan.

Es por ti, Madre, que me encierro en ese sueño
Estrujando los quebrajos que me quedan,
Gritando sin aliento, viendo, solo viendo pasar el tiempo
Cada vez más distantes los deseos.

Se marca en mi rostro la dureza de mi alma,
Al hundirse mis ojos se esconden los latidos,
Rechina en mis oídos tu llanto resonante,
El intento por tenerte, por beberte, de entenderte,
De ceñirme a tu cintura, de clávarteme en el pecho.

¡Ay! Qué oscuridad tan amarga la que me deja en este olvido,
Qué vació me rodea para necesitarte siempre conmigo.

¡Qué me saquen los ojos! ¡Qué me corten la lengua!
Nada necesito, nada necesito mas que memoria para estar contigo.
Para reconocerte cuando llegas sofocada,
Sólo mis manos para tocarte taciturna,
Sólo mis manos para acariciar con soplos tu figura.

Quédate conmigo compañera, hasta mi muerte.
¡Qué desgarre! ¡Qué dolor el que me invade!

Regálame tú la flor que selle mis labios,
Regálame la llave de la vida eterna,
Condena tú mi tumba, vísteme de blanco
Asfixia con tu lecho mi cadera.

¡Ay! Que oscuridad tan amarga la que me deja en este olvido,
Qué vació me rodea para necesitarte siempre conmigo.

Que me despojen del mundo! Que me arrebaten de todo!
Nada necesito, nada necesito, sólo corazón para sentirte
Y si quieren que me lo apuñalen quince veces
Que tu violín llorando se clava en mi vientre
Y ningún silencio podrá fusilarlo.

Seductora y señora de mis obras,
Entrego a ti mi inspiración,
Amante de mi amor secreto
De mis arranques y de toda mi pasión...

Quién más que tú, Soledad
Para confiarte todos mis anhelos
Quién mas que tú que te embriagaste de mis lagrimas
Y cantaste los deleites de mi cuerpo.

La dama que me trajo al mundo,
La que acompañó mi libertad,
que me presto sus manos, sus alas para aprender a amar,
a amar como lo hacen los cobardes,
a vivir como lo hacen los amantes.
Con unos versos tras la espalda y un fusil en la garganta.

Mi amor imposible, mi fecha marcada,
Si yo supiera expresarte entera
No estarían mis labios lavando tu pecho de tibio dolor,
No estaría mi cuello viendo rodar crudeza,
Ni mis entrañas temblarían al dibujarte en tu esplendor.

No te separes de mí, pequeña confidente,
Aún cuando se acorte el camino rocíame de ti.

Viste mi altar de luto que se va acercando el fin
Y yo me marcharé contigo,
Tocarán tus violines desgarrantes para mí.

No me duele dejar el mundo ahora.
No quiero existir fuera de ti, te ruego, te suplico nana mía,
Seca mi vida en este instante, entra con tu canto a envejecerme,
Dame más para morir.

Qué agridulce me es la desgracia de saberte siempre conmigo,
Qué profundo el abismo que me traba frente a ti,
Qué infinito el suspiro de tu sombra,
Qué dicha que mi encierro seas tu.

¡Ay! Que oscuridad tan amarga la que me deja en este olvido,
Qué vació me rodea para necesitarte siempre conmigo.

Nada necesito para estar conmigo, Soledad,
Que hacer el amor contigo
Y desistir de la vida y de los cuerpos
Y seguir el dulce rastro de tu rostro de caprichos y alegrías
Que me ordenan a dormir y me arrebatan con los dientes mi pasado.

Nada necesito para estar conmigo, Soledad,Que estar contigo.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Sin título

Yo soy de la vida, poeta,
De la poetiza hija
Que del corazón surgieron
Las primeras poesías

Que se incrustaron en el viento
Que se llevó las palabras
De la pobre melodía que nace
De mi conciencia abotonada

Que le canta a la vida,
Que le canta en poesía,
Que de mi corazón surge
En forma de tristezas y alegrías

Yo soy de mí misma
la razón de mis instintos,
Que de la poetiza, hija
Y del poeta, la vida.

Auto-proyección (Cartas a la despedida)

Si bien, esta carta es algo dificultosa, más lo es empezarla. Así que no te fijes mucho en la formalidad inicial. Confío en que poco a poco iré regresando a mis desparpajos.
No quiero pensar que esta será la última carta que te escriba, pero cada vez se va acercando más el tiempo de la despedida y nunca sabremos si es para siempre…
La nostalgia empieza a recaer en mis cejas y mi ceño se está endureciendo. Hay muchísimas cosas que decir, y al parecer a ti y a mí el tiempo nos juega siempre a su antojo. ¡Qué ingrata la vida por oscilar con nuestros sentimientos! Pero más ingrata fui yo al haberte desperdiciado.
No sé cuando pasó que empezamos a pasar juntas tanto tiempo y tampoco supe como sucedió la separación. Reconozco que la mayor parte fue mi culpa, yo tomé la decisión y tu me respetaste.
¡Ay D….! Me muerdo la lengua sin lograr decir lo que quiero. Y es que las palabras nunca son adjetivos suficientes para el corazón. No para el mío.
Yo me enamoré de la niña de los ojos tristes distraídos que dejaba ventilar toda su alma a través de ellos. Esa pilla tan cínica que con una sonrisa hace que el enojo se te baje. ¡Ay! Esa niña que cómo daba lata hasta conseguir lo que quería, y si no le gustaban las respuestas… simplemente lo ignoraba. Sí, me enamoré de ti; de tu cariño, de tu apego a mí. Lamentablemente, me enamore más de mí misma. Soy demasiado independiente como para aceptar necesitar a alguien más y sin embargo, esto no quiere decir que no lo haga.
Pero hablemos de ti, no de mí y regresemos a lo nuestro. Te veo y te siento tan tierna, tan sensible y tan voluble a los daños externos que me preocupa. La gente no es lo que uno espera. Cuídate, cuídate mucho por favor; No te lo pido, te lo imploro. No te pierdas. No te vendas por tan poco Diana, nada vale lo que tú eres y no compres a nadie por menos.
Te veo tan indefensa algunas veces que adopto una posición maternal. Muchas veces quisiera estar ahí para decir todo lo que tu no te atreves, y que aun sé que quieres decir. Para alentarte más, empujarte al borde para que vueles. Ese cachito de seguridad que a veces te traiciona.
Cuando recibí tu carta me identifique con tantas cosas que fui y otras tantas que pude ser, que la melancolía me apuñaló y ahora que me gustaría recuperar todo el tiempo que perdí, es el tiempo el que me agobia con su expiro. Me duele haberte abandonado cuando tal vez me necesitabas, fui demasiado egoísta. En mi anhelo por libertad me tire al abismo y en nombre de ella te lancé a la basura. Y ahora, alguien más inteligente que yo hace lo que yo no supe, lo que yo no me atreví a aceptar. Me da gusto verte gozar y a veces me da tristeza no ser yo la que lo hace. ¿Qué habría sido de nosotras si todo hubiera seguido?
No sé si son más los pesares o las alegrías. La nostalgia es un sentimiento siempre existente, viene cuando lo decide y no hay medicina para aliviarla. Esa sensación de soledad y anhelo. Esa mezcla de memorias y tristeza. Indudablemente el motor de los recuerdos.
Y aquí viene de nuevo esa dama. ¿Nos volveremos a ver? No lo sé. No quiero pensar en la despedida porque recaigo en mi estupidez. Eso ya no lo puedo arreglar. Sin embargo aun me encuentro rejega a la idea de mi colapso. De que mi ciclo terminó. De que tu nuevo ciclo esta por empezar.
Te quiero D…., y aquí si falsea mi fortaleza, porque a esta altura del partido las caídas empiezan a romper los huesos y el corazón. Ya no más frases bien hechas, ni palabras vacías. Te quiero, y a pesar de todo, incluso de mí, lo hago. No sé cómo demostrarlo ya, sólo queda el deseo de que lo creas. Sé que no lo digo mucho, pero el hecho de revivir un poco lo que era antes me hace feliz. Sentirme perdonada de alguna manera me aumenta la esperanza.
Cada día que pasa te veo mas lejos y te quiero tener mas cerca. Ya no recuerdo como duermes… y lo que más me duele, es que sé que ya no lo haces de la misma manera. Has cambiado D….., no es malo, pero me lo he perdido.
A veces te veo seca y eso es lo que más me aterra. No tires tu sensibilidad; es tu arma más poderosa… no te niegues y no te extingas. Sólo sintiendo sabrás que sigues viva y aunque lo que sientas sea dolor ámalo como parte de tu vida.
Lo que te voy a pedir no es nada fácil: Te pido que no te abandones, porque si lo haces me abandonarás a mí. Estás creciendo, conserva tus grandes virtudes que así te quiero.
Sigues siendo blanca, pura, no permitas que te manchen nadie por ningún motivo. Solamente tu podrás inventarte, solamente tu podrás hacer lo que quieres, solamente te tienes a ti. He ahí la importancia de saber quién eres.
Me despido por ahora, no es todo lo que te quiero decir. Es sólo parte de una pequeña reflexión.
Te quiero libre, pero sobre todo te quiero feliz.

Y como dice Silvio: “Cuida bien tus estrellas mujer”.

Mi pequeña estatua de sal, no dejes que la marea te destruya y si el viento sopla, no temas entregarte a él… siempre te llevará a un lugar más cercano a ti.

Nota

Escapar de la realidad viene siendo de vez en cuando constante.

martes, 19 de agosto de 2008

A Federico

No es mentira que te diga que te quiero
Y que detrás de mis cuencas pasee tus ideas
Y las traiga de regreso aún sin entenderlas una vez.
Tal vez no las entienda ni una, ni dos, ni tres…
Puede ser que no te alcance nunca,
Que te me escurras de las manos,
Te me corroas por los dedos y no te toque
Ni siquiera con las puntas de mis uñas.
Tal vez es que no te merezca.
Dentro de este subconsciente acelerado
Prefiero recordarte todavía medio curveado,
Protegiéndote de mí o del mundo,
Todavía medio sofocado, todavía con memoria.
Prefiero revivirte a mi lado en recuerdos
E ir caminando juntos por la calle locamente
Revoloteando en la imaginación de quien nos juzga,
De aquellos que no nos entienden (o que dejaron de hacerlo)
En el punto de tus ojos sobre mis labios
Al equilibrio de tus pasos
Que te llevan bailando en el quita y pone de la inspiración
Que a mí me crea el sólo hecho de verte
Y que te traes en la sutilidad sobre tus hombros.
El sentimiento dormido que habita tras de ti,
Que se esconde entre las puntuaciones de tu aliento,
En los que me desvivo por descubrir.
Te quiero todavía Quijotesco, reservándote el silencio y el derecho de admisión,
Te quiero acariciando con tus formas mi interior.
No es mentira que entre todas mis proezas
Un susurro te reafirme que estoy enamorada de tu ser.


Gracias por ser el mas espectacular de los amigos y el mas soñador de mis colegas en la humanidad. Te quiero.

I. (Versos)

Entre el silencio y mi almohada
deshojo soledades.
Vibra la noche
En la cuna de la luna.
Vibra mi pecho
En la hondura de tu espalda.

una vez más, el inicio

Este es mi decimocuarto primer encuentro con la escritura. Sí. Vengo saliendo una vez más de un periodo de no-escritura. ¿Cómo es posible que para mí, que amo la expresión por ese medio me den esos ataques? No lo sé. Es entonces cuando caigo en la conclusión de que todo debe tener su tiempo de descanso. Así, cuando mi inspiración hace mutis, llegó su hora de dormir. La cosa es que no me gusta mucho respetar esos ratos de quietud, mi naturaleza es algo ajetreada así que no lo soporto mucho. Como siempre el inicio es torpe pero aquí comienza nuevamente.
Entonces, para facilitarme de nuevo la fluidez de las palabras, no de las ideas, pensé en empezar un tipo de diario, mas bien una serie de notas. No sólo ensayos, no solo poesía ni cuentos, no solo… nada. Simplemente notas y que vayan tomando la forma para la que estaban destinados.