lunes, 1 de diciembre de 2008

I (Sucesos acuitados )

He decidido cambiarte el nombre ¿sabes? pero ahora no se como nombrarte. No es que no me guste tu nombre, al contrario, es por eso mismo que no se me viene nada a la cabeza: Tu eres tan tu nombre, ó tu nombre es tan tú... No lo sé. Preferiría no encontrarles relación algunas veces.
¿Qué nos pasó? ¿Cuándo fue que el colchón se volvió más trinchera que pasión? Ó tal vez la pasión excedió el límite y cruzó la línea de la dependencia y de los celos. Tal vez empezábamos a amarnos como lo hace todo el mundo y no sabíamos como hacerlo ¿por qué nos dió miedo? Como si eso no nos perteneciese, como si no pudiéramos ganar, cómo si eso no existiese para nosotros, como si nos estuviese prohibido. ¿Tan amplio es el sacrificio y qué tan grande el egoísmo para no poderlo realizar? No lo sé... Algunas veces pienso que hubiera sido el mismo final, que seguramente no lo hubiera logrado y no es porque no te ame, es que me amo más a mí misma y amo aún más mi libertad. Aún así acepto que es difícil que exista un yo completo sin ti y viceversa, debes aceptar. Lo sabemos, somos el espejo del otro y aunque cerremos los ojos para no vernos no nos podremos deshacer. Hay demasiadas cosas C.... que nos tienen ligados. Ya no eres tu y yo, ya se llama coexistencia. Por qué entonces si lo sabemos aún así nos repelamos. Somos absurdos C.... Tanto que caemos en lo ordinario... En eso que tanto asco nos da.
Hoy estaba recordando aquel rincón, aquella reunión en donde los lunares de mi espalda se veían por un traslúdico caer de telas delgadas y marrones y sorprendí tu mirada resbalando por ahí. ¿Te acuerdas? Te veías bello, como nunca. Una luz especial, honesta emanaba de tus manos. Yo te decía que no pero gritaba por dentro que siguieras haciéndolo y es que la pasión era más que el pudor, el sudor era más que la prudencia y el silencio imposible de consiliar.
Estoy turbada ahora C... Qué tan cierto pudo haber sido todo. ¿Qué tan real y gentil es la pasión si cuando se extingue lo deja todo como quemados los bosques? Y lo peor aún... que es tan cambiante, tan libre que somos incapaces de controlarla, con cuerpos diferentes a cada momento. Tan avara que cuando se sacia quiere más pero de otra fuente. Y tan insensbile que nos consumió calcinándonos los huesos, acribillando la razón, jugándonos ese mal de ideas, ese jadear extenuhante que hace presa a la razón; un papalote que se desenrrolla, todas las posibles realidades y ninguna queriendo ser real. Es un tormento... duele viajar por tu vida sin saber lo que sucede dentro de ella y seguir presa en tu cajón, así, muñeca, terminando de enjugar los perfumes que alguien más matizó. No obstante yo se que me amas. Es mi culpa lo acepto. Al principio te pedía que me amaras no que me respetaras; al final, el respeto se vino a confundir con la fidelidad y solté las riendas. Ya no pude más C... y te juro que lo intenté.
Es triste. Mi cuerpo aún me pide verte, aún sigue gritando la bilis por un último encuentro... el cual siempre termina siendo el penúltimo.
¿Hasta cuándo?..... Te extraño C... y todavía no te tengo nombre.

1 comentario:

juanxon dijo...

me gusta
yo quiero cambiar de forma
ando un poco perdido pero espero encontrarme
nos estamos reportando