martes, 9 de septiembre de 2008

I. Brujas (Reflexiones de una misa)

Advertencia:
1.- No es un a reflexión religiosa.
2.- No es una reflexión profunda. Es más que nada tratar de mantenerte con oídos necios y orgullo intacto.
3.- Sinceramente es una estupidez. Pero es divertido y podrían aprender algo nuevo. Yo lo hice.

-Oremos- dijo como todos los domingos el padre para indicar el comienzo de uno de los rituales más aburridos, apesadumbrados, instigadores del ocio mental y sin sentido que nos han impuesto. Digo del ocio mental primero porque la estancia ahí no es cien por ciento voluntaria (en mi caso, ¡nula!), lo que da pie a que tu mente empiece a divagar con cualquier pretexto para hacer oídos sordos a lo que te alecciona esa exasperante voz que tiene además, un tono insoportablemente solemne y que, en el mejor de los casos, intenta llegar a ti disfrazada de misericordia. En esa divergencia tan aburrida que empezó tu mente a maquilar sin haberte si quiera dado cuenta, en la que un silvido desde afuera dio pie o el cabello maltratado de la señora regordeta de enfrente, el magnífico trasero del muchacho que dejaste de ver cuando saliste del cole o incluso el insoportable llanto y los jaloneos de los niños que corretean sin parar y los enormes senos de la matriarca que reserva su finura sentada en un palco lateral (porque no nos hagamos pendejos, en misa hasta a Maddonna empiezas a tararear) empiezas a pensar en las cosas mas efímeras, pasajeras, triviales y cabronamente estúpidas hasta llegar al núcleo de las filosofías más antiguas como la pregunta existencial con mayor complicación: ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Haciéndote el imbécil sin llegar a una respuesta. Tanto así que decides turnarlos: un domingo le toca al huevo y el siguiente a la gallina. Lo ves, además de todo resuelves el problema de la democracia. ¡Apunta Calderón!
Mientras el padre implora por la humanidad señalando la cruz sobre su cabeza tú has recorrido todo el camino para llegar a ser un buen presidente.

Paréntesis: ahora que lo pienso, tiene sentido eso de que México presuma de su fanatismo católico. Ahora se por qué Vicente Fox visitaba la basílica, ¡Si ahí descubrió su profesión!… ¡Ay Benito Juárez, benditas sean tus leyes de Reforma! Ahora nomás falta la aplicación. Cerremos el paréntesis.

Bueno, pues así como a ti a mí también me pasan todas estupideces por la mente. Lo que sea para refugiarme de toda esa palabrería a la que no le encuentro ningún sentido es bienvenido al umbral de mi razón durante esos 60 minutos (mas anuncios y recados eventuales al finalizar).
Así ocurrió este domingo; mientras la gente se daba la mano con la paz y después de haber contado cada vuelta que daba el abanico, la pregunta, la pregunta llegó a mi cabeza: ¿Por qué las brujas usan escobas para volar? ¡¿Por qué escobas?! Por que no un trapeador, un sacudidor, una pala, un tubo, por qué no simplemente si hacen magia no se ponen alas o al estilo Peter Pan asaltan el valle de las hadas para robar su polvo de hadas, por qué no son brujas modernas y usan aspiradoras ¡Estamos en el siglo XXI! podrían tener hasta su propio jet privado… ¡lo que sea! … ¿Una escoba?. Es obvio que hablamos de las brujas que hacen todo aquello aparentemente inimaginable e imposible que conocemos como “magia”, a la de los cuentos y los mitos; no a aquellas personas que presumen de saber herbolaria aunque de ahí el origen del mito de la bruja actual; ésas sabemos que no volaban en escobas.
El morbo fue demasiado y al llegar a casa no pude más resistirme y "googlee" la pregunta. Ninguna respuesta interesante. La que desde mi punto de vista, es la más creíble es una explicación que dice que cuando estos personajes celebraban sus reuniones, llamadas también akelarre, lo hacían en lugares apartados por lo tanto debían de acondicionar y limpiar el lugar, por tanto la barrida no podía quedar fuera. Eso da pie a otro comentario irracional, mera reacción: ¡Son brujas!… ¿barren?
Bueno, siguiendo, como tenían que barrer, se acordaba que cada una llevara su propia escoba. Me imagino que para que no hubiera ningún pretexto para que alguna no hiciera lo suyo.
Ahora hay que separar las cosas. Las brujas tal y como nosotros las conocemos, es decir, con las que hemos crecido en los cuentos son producto de un mito que surgió por la existencia de verdaderos seres que dominaban ciertas técnicas que en su tiempo no eran conocidas, no las enseñaban, no se promovían, eran ilegales, inexplicables y por lo tanto incomprensibles. De ahí que lo determinaran como magia o cuestiones sobrenaturales. Ahora sabemos que eran juegos con la física, química y demás. Y para aquellos que creen en el misticismo, los portales, la cuarta dimensión y el contacto con él. Son al final de todo, cuestiones explicables. Creíbles o no, pero explicables al fin.
En todo caso, también tomaron otra divergencia: la de las religiones, el satanismo, el contacto con el más allá, brujas negras o blancas etcétera, pero eso es otra historia.
En conclusión: debido al hecho de que cada “brujita” llevara su escoba en realidad, motivó las lenguas para que en el mito o la falsa creencia fuera asociado o más apropiado para las historias que fueran montadas sobre ellas.

Que Dios los bendiga. Amén.

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