jueves, 13 de noviembre de 2008

Poema V

Embriágame de luz esta noche,
mi cuerpo te obedece a la par,
corre tus manos al deseo;
alcohol perverso, brota y se va.

La luna acurruca mis sentidos
tendida en solitaria oscuridad,
deseosa de tu imagen calavada
en el cielo y al cristal.

Acude a este sangre que te llama,
borracha, inconsciente, desbordante en intención.
¡Espera! No te acerques,
La cabeza se hunde entre el sueño y el color.

Desnudas las sombras que me asechan,
mujer, hombre, ¿qué se yo?
Alma, vida, inconciencia nata...
blasfema ahora tu perdón.

Que sigan mis dedos el círculo de ese guiño,
que tiemblen mis rodillas,
panderos estrujantes de arena tricolor;
que dilaten mis ojos con orgullo que estas horas, fuimos yo.

Resaca en la orilla de tu almohada,
cicatrices de fuego y de dolor;
remordimientos, lagrimas sangradas,
recuerdos, ilusiones y sudor.

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